Entre 2011 y 2018 el número de cabinas de radar fijo instaladas en la provincia de Pontevedra ascendió, según los datos facilitados por el propio Gobierno, de siete a doce. Se trata de una pregunta respondida por el ejecutivo el pasado mes de octubre, cuando todavía no había entrado en funcionamiento el último de ellos, un radar de tramo que está ubicado en la AP-9 en Vigo.

La recaudación también ha ido aumentando en los últimos años y solo estos radares fijos (es decir, sin contar las sanciones impuestas por los cinemómetros móviles) han supuesto ingresos para las arcas públicas de una media de casi tres millones al año entre 2012 y 2016. Si entre 2012 y 2014 la cifra de recaudación se movió entre los 1,3 y los 1,9 millones, en 2015 la cifra se disparó hasta los 6,5 millones de euros y en 2016 bajó a tres millones. Los últimos datos publicados por la DGT, corresponden al periodo comprendido entre enero y octubre de 2017 y Pontevedra sumaba 1,4 millones de recaudación en radares fijos.

Uno de los que más multas impone de toda España está en la Nacional 550 en Redondela, en el kilómetro 146.9 de este vial. Entre enero y octubre de 2017 un total de 15.234 vehículos no respetaron el límite establecido para este tramo, lo que lo convierte en el radar gallego menos respetado y uno de los 25 de todo el Estado con más multas.

En cuanto al conjunto de sanciones de tráfico, cabe señalar que en Pontevedra se recauda una media de casi 13 millones de euros cada año fruto de las multas. El último año completo disponible, el 2016, los pontevedreses se dejaron 12,5 millones de euros en sanciones de tráfico.