El aumento demográfico se centra en el casco urbano. Según el padrón, ese ámbito cuenta con casi 64.000 vecinos, 3.500 más que hace una década, y supone el 76% de todo el municipio. Por su parte, las quince parroquias del rural suman apenas 20.200 inscritos, 1.130 menos que en 2008. A Canicouva, el territorio menos poblado, suma apenas 255 empadronados, mientras que Lourizán, con el núcleo de Estribela como eje principal, continúa como la parroquia más poblada, con algo más de 3.100 habitantes, según el padrón.

Salcedo y Mourente suman algo menos de 2.100 residentes en cada caso, al igual que Marcón. Campañó y Lérez superan con creces los 1.500 habitantes, y por encima de los mil vecinos aún están San Andrés de Xeve, Pontesampaio y Tomeza. Verducido ya no llega a los mil vecinos, mientras que Santa María de Xeve se queda en poco más de 800. Alba está por debajo de los 750, al igual que Cerponzóns y Bora.