Son unas veinte casas, con menos de un centenar de vecinos, pero por estas fechas, se transforma para convertirse en una aldea en la que reina la Navidad. Ayer realizó su tradicional prendido de las luces navideñas que adornan todas las casas, las mismas que llaman la atención desde el centro de Cuntis y que desde hace unos años ha convertido a Cardecide en uno de las paradas obligatorias para niños y mayores para disfrutar de un paisaje muy navideño.

Los vecinos reconocen que estas fueron una de las Navidades en las que más tarde se pusieron a trabajar para seguir sorprendiendo al resto de vecinos y visitantes. Arrancaron los preparativos el día 3, mientras que otros años ya tienen todo a punto a finales de noviembre. "Además, las lluvias nos retrasaron más", indicaba uno de los vecinos ayer mientras apuraban los preparativos, a contrarreloj, sin saber aún si llegarían a tiempo para el tradicional prendido de luces.

Bien pudo comenzar esta tradición por uno de los vecinos que vino del extranjero y decoró su balcón con unas luces hace 20 años y que ayer, precisamente lamentaba que se le habían fundido. "Era automática y de aquella era una novedad la decoración en el exterior", comenta. Otro vecino apunta a que fue un árbol suyo el primero en ser iluminado en la calle.

Sea como sea el origen, con el trabajo y la pasión por la Navidad, han creado uno de los atractivos de la comarca por estas fechas.

Cuenta con un gran árbol comunitario y, al menos otros seis navideños más, entre otras sorpresas. La novedad de este año es un Papá Noel en motocicleta animado.