Todavía quedan unas semanas para que la gripe se manifieste en su pico máximo, pero las primeras afecciones por neumonía o infecciones respiratorias ya se están haciendo notar en el área sanitaria de Pontevedra y, con ellas, las carencias del servicio de Urgencias de Montecelo, tanto a nivel de infraestructuras como de profesionales disponibles. Los períodos de espera son largos, de hasta ocho o diez horas sin discriminación por edad, incluso en los que rondan los 100 años de edad, para visible disgusto de sus allegados.

Estos días han sido numerosos pacientes los que se han acercado por el hospital aquejados de este tipo de patologías, tal y como explican los trabajadores del hospital público.

La mayoría son personas añosas, las que más riesgo tienen en caso de no ponerse la vacuna contra la enfermedad. Y vuelven a ser las largas esperas motivo de disgusto de los enfermos y sus familiares.

La jornada previa al puente de la Constitución fue una tarde bastante complicada en el servicio. El volumen de personas comenzó a aumentar a partir del mediodía y se agravó con los dos cambios de turno, de primera hora de la tarde y de la noche.

El continuo goteo de pacientes, que llegaron por iniciativa propia a Montecelo o desviados por el Punto de Atención Continuada de A Parda, provocó que poco a poco los pasillos se fuesen llenando de camillas con usuarios para los que ya no había boxes disponibles.

La familia de una vecina de 102 años de Pontevedra muestra su disgusto por tener que aguardar casi cinco horas en la sala de espera simplemente para que la centenaria fuese atendida en uno de los boxes del hospital.

La anciana llegó en ambulancia a Montecelo rozando las cuatro de la tarde y fue trasladada al box, tal y como explica su nieta, alrededor de las ocho. Al filo de la medianoche seguían allí aguardando por un diagnóstico referido a su afección de carácter respiratorio.

En su caso, la situación se agravaba más teniendo en cuenta que se trata de una persona mayor y diabética y que llevaba cerca de diez horas sin comer.

Espera en pasillo

De igual modo, a una vecina de O Grove de 94 años le fue adjudicada una cama en planta cuando ya habían pasado cerca de diez horas desde su llegada al hospital. En su caso, ni siquiera tuvo la suerte de disponer de un box para la espera, sino que aguardó en uno de los pasillos.

Tanto en los corredores como la Sala de Esperar Resultados, más conocida como la SER, no cabía una sola persona más. También la sala de espera se hizo pequeña por momentos.