Mañana se conmemora el Día Internacional de la Diabetes, una enfermedad que afecta a un importante número de menores, generando un problema añadido en las familias cuando el paciente llega a la adolescencia y decide dejar el autocontrol de la dolencia. Anedia, la asociación que reúne a los niños diabéticos de Pontevedra, ha querido este año centrar este Día Internacional en la "Diabetes y la familia" y por ello mañana miércoles organizará en la Casa Azul un taller de terapia grupal orientado a adolecentes. Dará comieno a las 18.00 horas y será impartido por Rosa María Lede Rodríguez, psicóloga de la Unidad de Salud Mental Infanto-Juvenil del centro de salud de A Parda.

-En el área sanitaria de Pontevedra hay alrededor de 150 adolescentes que padecen diabetes. ¿Es especialmente problemática esta enfermedad a esa edad?

-Es una dolencia que aparece incluso en niños de menos edad y que no tiene por qué dar ningún tipo de problema si se le presta la atención necesaria. Mientras los enfermos son niños, son sus familias quienes se encargan de suministrarles la medicación necesaria, pero cuando llegan a la adolescencia algunos se niegan a hacerlo.

-¿Es una reacción vinculada a la enfermedad o tiene más que ver con esa etapa de madurez del individuo?

-No está demostrado que tenga que ver con la diabetes y no le pasa a todos los afectados. En la Unidad de A Parda atendemos a muchos jóvenes que presentan problemas de conducta y entre los rechazos que refieren está el autocuidado de la diabetes.El rechazo no es exclusivo de los jóvenes.

-¿Qué argumentan para hacerlo?

-Se sienten diferentes, por el hecho de tener que pincharse de forma periódica, por tener que estar pendientes de una medicación... Es cierto que elementos como las restricciones dietéticas, el control de la glucemia, los cuidados al organismo y la necesidad de mantener una vida saludable actúan como fuentes generadoras de estrés en los sujetos con diabetes, que pueden llegar a ocasionar inestabilidad emocional, dificultades en la comunicación y en el contacto social.

-¿Y esto tiene repercusión en su salud?

-Por supuesto, y muy graves, se descompensan metabolicamente, por eso hacemos lo posible por hacerles entender la importancia de mantener rígidamene el tratamiento diario.

-Y a nivel familiar ¿qué supone?

-Un ambiente hostil en el seno de la familia. El abandono de los autocuidados genera mucha preocupación entre los familiares de los enfermos y por tanto un motivo de tensión entre ellos. Ahí entramos nosotros. En nuestra unidad tratamos de reconducir esta situación.

-¿Y es reversible?

-Con una intervención conjunta de las familias y los profesionales sanitarios sí. Y una vez superada esta etapa, aún en la adolescencia, el enfermo vuelve a asumir los autocuidados que debe realizar toda su vida y de los que dependerá de la calidad de la misma.

-Mañana dirigirá usted un curso de terapia grupal en la Casa Azul con adolescentes, ¿en qué consistirá esta actividad?

-Será una sesión en la que los jóvenes expesarán sus razones y también sus temores ante la enfermedad y sus cuidados; lo que eso les supone a nivel personal y social y todo lo que allí ocurra será confidencial. Esa es una premisa también en las consultas. Las conversaciones entre un profesional y su paciente adolescente nunca transcienden. De ello depende en parte el éxito de la terapia.

-Esta actividad se pone en marcha de forma coordinada con Anedia. ¿Se realizó algo similar con anterioridad?

-Es la primera vez que hacemos algo así. Tengo entendido que Anedia quiere darle continuidad a este tipo de trabajos y a la colaboración entre la entidad y el área sanitaria tras analizar los resultados de este primer taller.

-La diabetes es una enfermedad que no duele; ¿descubrirla genera miedo e inseguridad en los pacientes adultos también?

-Sí. Es una reacción habitual. De ahí que haya estudios que determinan la importancia de que reciban apoyo psicológico que les ayude a atender y a asimilar el diagnóstico. Hacerlo mejora la adherencia al tratamiento y la aceptación de la dolencia por parte del paciente.