Cada vez son menos las calles de la ciudad en las que es posible aparcar gratuitamente y durante estancias prolongadas. Tras la "fiebre" de la peatonalización de hace unos años, el Concello ha limitado al estacionamiento de carga y descarga y de servicios -por un máximo de quince minutos- en la mayor parte del centro y viales que hasta ahora ofrecían alguna plaza a los más afortunados, como O Gorgullón, un tramo de Eduardo Pondal, y próximamente Benito Corbal, por ejemplo, ya son objeto de obras para ensanchar aceras y, en consecuencia, eliminar plazas para los coches.

Ante esta situación, el gobierno local estudia la posibilidad de extender la red de aparcamientos disuasorios en la ciudad, preferentemente en el extrarradio, con el fin de alcanzar una oferta de espacios gratuitos y permanentes de unos 2.500, aproximadamente un 10% más que en la actualidad.

La reciente propuesta del PSOE de convertir una amplia parcela entre las calles Doce de Novembro y Eduardo Pondal en parking disuasorio, ha "pisado" una de las opciones que maneja el gobierno local. Se trata de un solar que se cedió en su día a la ONCE para crear un nuevo Centro de Recursos Educativos, proyecto que fracasó, por lo que los terrenos volvieron a manos municipales. Ahora carecen de destino y el PSOE entiende que sería oportuno su aprovechamiento temporal en una zona como A Eiriña, próxima a la de A Parda, con una gran demanda de estacionamiento, que aumentará con la apertura del segundo edificio judicial, en 2019.

El gobierno local ya barajaba esa opción y hace unos días el concejal César Mosquera ya apuntaba esa posibilidad, pero siempre de manera "transitoria", como ocurre en casi todos los parkings disuasorios, ya que se trata de terrenos reservados para otro fin o con condiciones de reversión en el futuro.

Sin embargo, la posibilidad de Doce de Novembro quería guardarse en reserva mientras no se resuelva la adjudicación del aparcamiento subterráneo Veteris, ya que la puesta en servicio de un solar gratuito para aparcar con al menos 200 plazas podría ser la "puntilla" para la polémica instalación bajo la calle Antón Fraguas.

Tras fracasar en dos ocasiones en pocos meses el concurso municipal para Veteris, el Concello mantiene su intención de convocar otro intento de adjudicar ese párking, modificando en lo posible las condiciones iniciales.

Mientras no esté claro el futuro de Veteris, no se decidirá la conversión en disuasorio del terreno de A Eiriña. Pero no es la única opción en cartera, ya que el Concello posee varias parcelas susceptibles de estos usos. Una de ella está en Valdecorvos, si bien esa urbanización ya dispone en sus propias calles de una amplia bolsa de estacionamiento libre, toda vez que la edificación en esa zona es inexistente.

También cuenta con suelo sin uso a corto plazo en Tafisa, donde también hay calles disponibles y en esa misma zona están en servicio los dos parkings disuasorios más recientes: el anexo al espacio para caravanas, que ofrece 65 plazas, y otro abierto hace unas semanas al fondo de la urbanización, con 350 espacios, 200 de ellos en batería en el vial de acceso desde José Malvar.

Además de estos dos puntos, la red de aparcamientos periféricos libres y gratuitos suma ocho ubicaciones más, con capacidad para unos 1.800 coches. El más "veterano" y de mayor tamaño es el del recinto ferial, disponible toda la semana salvo los días de mercadillo, con 155 más en Alexandre Bóveda, mientras que frente al Pabellón caben unos 300 coches. Entre Mollabao y As Corbaceiras se puede llegar a las 400 plazas. A partir de ahí, las parcelas son más pequeñas entre 100 y 150 espacios en Pasarón, A Parda y junto al Torrente Ballester.

Aunque la oferta en disuasorios ya cubre buena parte del extrarradio, en especial en la zona norte, aún se ve muy superada por la oferta de estacionamientos subterráneos de pago. Seis de ellos son de concesión municipal: Barcelos (600 plazas), Veteris (440), detrás de la Audiencia (415), Alameda (366), plaza de España (326) y bajo el Mercado (220). Otras tres instalaciones de gran capacidad son de índole privada como Campolongo (más de 700 plazas), Santa Clara (203) y Venezuela (250). A todos ellos se suma el estacionamiento al aire libre, pero de pago, de la estación del ferrocarril, con cerca de 300 espacios.