A la pontevedresa Rosa Cordero le diagnosticaron cáncer de mama hace ocho años, en 2010, cuando tenía 66. Afectaba a una de sus mamas y se encontraba en el estadio 4, es decir, muy avanzado. Finalmente, le pudieron salvar el pecho, ya que con la cirugía y la quimio y radioterapia logró superar la enfermedad.

En su caso, había antecedentes familiares, puesto que su madre había fallecido de este tipo de tumor cuando tenía 37 años. "Sé que hoy día, con los avances que hay, no le hubiera costado la vida", afirma Rosa Cordero.

"Yo no me lo esperaba y me lo tomé muy mal, pero como soy una persona muy positiva y vi que con el tratamiento iba todo bien me mentalicé de que cada día que pasa es un día ganado", reconoce.

El gran apoyo fue su familia, especialmente sus nietos, que le ayudaron a desconectar de la enfermedad con buenos momentos. "Me dieron la vida", confiesa.

El consejo que da a las mujeres recién diagnosticadas es que la actitud es lo más importante, "es el 50 por ciento de la superación".

Ya han pasado años desde entonces, pero la enfermedad sigue presente, por la posibilidad de volver a sufrirla. Una forma de plantarle cara es a través del voluntariado con la Aecc. Rosa Cordero acude una vez por semana a la zona de Oncología del Hospital Provincial para ofrecer ayuda y consejo a las enfermas.