La falta de iluminación en el puente de A Barca no es nueva. El pasado invierno, la Xunta y los concellos de Pontevedra y Poio mantuvieron ciertas discrepancias sobre a quién correspondía reponer las luminarias estropeadas durante los temporales del invierno anterior. Mientras que desde la Consellería de Infraestructuras se aseguraba que el mantenimiento de las luces correspondía a los ayuntamientos a los que están conectadas, desde estos se responsabilizaba al gobierno autónomico.

Después de unas semanas interminables, ambos municipios decidieron en enero dotar al viaducto de iluminación provisional mientras no comenzaban las obras. Primero fue el de Poio y acto seguido el de Pontevedra. En conjunto invirtieron más de 6.000 euros.

Ahora es la Xunta la que asume esta responsabilidad por ser la titular de la infraestructura y la que está llevando a cabo los trabajos de rehabilitación integral. Estos implican la instalación de un complejo andamio que también ha provocado las críticas del Club Naval, que se queja de que no se le ha informado con margen suficiente para retirar los veleros de sus pantalanes.