La aparición de la marea roja ha frenado la vorágine de actividad continuada en la que se había envuelto la Ría de Pontevedra en los últimos meses. Varias de las cinco zonas catalogadas por Intecmar para la extracción de moluscos infaunales acumulaban más de un año sin sufrir ningún tipo de cierre por biotoxina. Sin embargo, con la llegada del mes de julio, esta dinámica positiva se ha cortado.

Superado ya el ecuador del mes, todas y cada una de las cinco zonas han sufrido algún día de cierre por la detección de niveles de toxicidad superiores a los estándares permitidos para la extracción y el consumo del marisco.

Toxinas paralizantes

La última en obtener una resolución negativa ha sido la Zona IV, ya que los controles analíticos realizados por el Instituto Tecnolóxico para o Control do Medio Mariño en Galicia demostraron una presencia de biotoxinas PSP. Ayer mismo, el Intecmar decretó la prohibición cautelar de extracción, ya que este tipo de saxitoxinas no afectan al molusco, pero si un humano las ingiere sufre una intoxicación denominada síndrome de envenenamiento paralizante por consumo de marisco que puede ser muy grave.

De este modo, la Zona IV se une a la Zona V y a la Zona II como los espacios actualmente cerrados al marisqueo. Las dos primeras comprenden la zona más interior de la ría, mientras que la última corresponde a Marín y Bueu.

Mientras, las zonas I y III, de marisqueo a flote, también tuvieron cierres, pero actualmente permanecen activas. La primera de ellas fue reabierta el 12 de julio, mientras que la segunda lo hizo el día 9 del mismo mes.