El fenómeno de las cláusulas suelo ya supera, con creces, el que hubo en su día con las preferentes. Si el juzgado que se creó para atender esta última tipología de litigios se topó con un aluvión de 2.700 asuntos en algo más de dos años, en el caso del suelo hipotecario el número de demandas ya suma más de 4.400 y además en mucho menos tiempo: en solo 13 meses. El juzgado de refuerzo habilitado para esta materia, el ubicado en el Casco Vello, dispone de dos juezas para resolver los 3.000 procedimientos que entraron entre junio y diciembre de 2017. Pero desde que arrancó este año los pleitos nuevos que se registran ya van a otra sala, la de Primera Instancia número 14. Y tampoco le falta trabajo, porque desde enero y hasta ayer mismo suma más de 1.400 causas. Esta avalancha, unida a que el tribunal estuvo paralizado durante prácticamente los tres meses que duró la huelga de funcionarios judiciales, ha llevado a que el juez decano, Germán Serrano, esté valorando pedir una medida de apoyo también para este juzgado: otro magistrado y posiblemente también un mayor número de funcionarios.

En la sala del Casco Vello, que ya no registra asuntos nuevos desde el 31 de diciembre, las dos magistradas celebran entre ambas dos días de audiencias previas y otros dos de juicios cada semana. La agenda de señalamientos está cubierta hasta finales de diciembre, que coincide con la fecha hasta la que el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) acaba de prorrogar el plan de refuerzo puesto en marcha en toda España.