Un centenar de funcionarios de prisiones se concentraron ayer a las puertas del centro penitenciario de A Lama para rechazar la "brutalidad" que el Gobierno empleó contra este colectivo para reprimir las protestas que realizaron en las últimas semanas. Mostraron su respaldo y apoyo a su compañero Daniel quien "está a punto de perder un ojo" por las lesiones sufridas tras los encontronazos con las fuerzas de seguridad ante la cárcel de Morón de la Frontera.

Bajo el lema "Ministro, a paus non. Todos somos Dani", la concentración ante la prisión pontevedresa duró unos 15 minutos y estaba convocada por los sindicatos Acaip, Comisiones Obreras y UGT, sumándose también ATP y la delegada de CSIF. Los funcionarios mostraron su malestar por el hecho de que la secretaría general de Instituciones Penitenciarias prohibiera a los funcionarios que se encontraban dentro del penal salir para participar en la concentración de 15 minutos, algo que suelen hacer habitualmente cuando hay concentraciones de cualquier otro tipo (como pueden ser las concentraciones en repulsa ante un atentado terrorista). Ayer, según indica Marcos Blanco, de ACAIP, fue la primera vez que se les impidió salir.

Los sindicatos consideran que hubo un "uso desproporcionado de la fuerza" que tuvo su máxima expresión en los incidentes de Morón de la Frontera. El malestar entre los trabajadores de prisiones es elevado, dado que esto coincide también con un reciente episodio de agresión a varios funcionarios en la prisión de A Lama. Los sindicatos insisten en reclamar al Gobierno la apertura de una mesa de negociación con el objetivo de mejorar sus condiciones laborales y de las prisiones en general. Aseguran que la falta de personal (medio centenar de funciones de déficit solo en la prisión de A Lama) está derivando en situaciones de cada vez mayor riesgo para funcionarios e internos. También se quejan de la falta de personal especializado para el tratamiento de internos con problemas psiquiátricos y lamentan el "abandono" del Gobierno hacia la institución penitenciaria: Todas estas reivindicaciones sin atender, mientras que sí se pactan subidas y mejoras salariales y laborales para otros colectivos de funcionarios, están frustrando y cabreando a unos funcionarios que dicen "no entender" la razón por la que, aún por encima, son reprimidos de forma "desproporcionada" por el Gobierno.