El oficial de la Policía Nacional, Enrique Espiño Nodar, jefe de la Unidad de Seguridad Privada en Pontevedra e interlocutor policial sanitario insistió ayer ante los profesionales sanitarios en que las agresiones a los trabajadores de este sector es eminentemente "un problema social, no delincuencial, dado que los agresores no son delicuentes, sino familiares o pacientes que en un momento dado tienen un problema o una frustración" por la atención que han recibido. En este sentido, considera que es muy importante la labor de prevención (por eso insiste en que sería conveniente contar con efectivos de seguridad privada en aquellos puntos más conflictivos o con mayor riesgo de sufrir este tipo de agresiones como las urgencias) y también la educación.

En cualquier caso, considera que las jornadas de ayer van a servir para que los profesionales sanitarios "sepan que la Policía Nacional está ahí" ante cualquier incidencia. "Si se produce una agresión deben llamar al 091, aunque sea una mera discusión, puesto que allí se va a presentar un vehículo nuestro que va a intentar mediar entre las partes y a lo mejor la presencia policial permite resolver el problema", explica.

Si por desgracia la agresión ya se ha producido, explica que la Policía Nacional tendrá que intervenir para aclarar lo sucedido y poner a disposición del juzgado a los responsables de los hechos pero insistió en que "si no hay denuncia de la persona agredida nosotros no podemos investigar" por lo que para ellos es fundamental que las víctimas den ese paso.

El responsable de la UDEV de Pontevedra, Laureano Rodríguez, incidió también en la importancia de "ese primer momento" en el que se inicia el conflicto, dado que puede ser clave para evitar que vaya a más.