Los nuevos dirigentes del consello local del BNG acusaron a los anteriores responsables de tener un "perfil bajo" -explicaron los dimisionarios-, acusándoles además de dejar fuera "a los mejores, en alusión a ellos mismos".

"La falta de asunción de las decisiones democráticas de la asamblea, llevó a estos pocos a recurrir a la difamación, el chismorreo y a la descalificación personal por detrás de los compañeros, provocando la desconfianza con la intención de crear un ambiente desagradable e inyectar el desánimo con el objetivo final de disuadir a la militancia de participar de las asambleas y del trabajo local", explica Pilar Blanco.

Mientras, "las personas con cargos comarcales y nacionales a las que correspondería defender las decisiones democráticas de la asamblea local, fueron cómplices de las decisiones de estos pocos, llegando a desautorizar al responsable local y, en el mejor de los casos, obviaban su existencia".

Blanco y Vilaboa aseguraron que su etapa fue la que más marinenses sumó el BNG, mientras que la actual es la que más gente está perdiendo.

Responsable local

El responsable local del BNG, Xurxo Agra, hizo ayer una valoración "de urgencia" de la situación, en la que indicó que la marcha de Blanco y los demás militantes es una "autoexclusión", dado que "la portavoz de un grupo político no puede aparecer en una asamblea preparatoria de las elecciones de otra formación".

Apeló además al código ético del BNG para que los concejales entreguen su acta, que debe pertenecer a la organización.

Enfantizó además la "normalidad" con la que el BNG de Marín afronta la nueva etapa, "con optimismo y con ganas de trabajar por Marín" sin que se pierda capacidad de organización.