Cerca de 800 inscritos tiene ya la Pontevedrada 2018, la caminata organizada cada año por Asampo para fomentar la donación de órganos, sangre y tejidos que partirá camino a Compostela el próximo 28 de abril a partir de las 20 horas. El plazo de inscripción termina el 25 de abril a las 22 horas.

La cita solidaria cuenta cada año con un mayor número de participantes, 1.400 el año pasado y 1.200 el anterior. Todo un récord teniendo en cuenta los dos con los que se estrenó en el año 2011.

Esta octava edición tiene una particularidad: el tipo de dorsales que llevarán los caminantes, realizados artesanalmente por seis voluntarios con madera de avellano.

La corta de la madera tuvo lugar el pasado mes de octubre en Samieira. Estuvo secándose hasta el de enero, cuando los voluntarios comenzaron a trabajarla para dar forma circular a cada dorsal e imprimirle el logotipo de la Pontevedrada y el nombre y número de cada caminante. Cada sábado trabajan en la Casa Azul del Concello de Pontevedra, dedicando horas de su tiempo libre a una labor altruista.

Uno de esos voluntarios es Francisco Pérez-Mirás Miguéns. Él es quien siempre cierra cada año la Pontevedrada, agrupando a los caminantes que no quieren abandonar la marcha.

Los otros son Juan Ramos, Gregorio Losada, Manuel Queirós y Adrián Rodríguez. Asimismo, José Paz coordinó la corta de madera, en la que también participaron otras asociaciones: ASSEI, Anedia, Amencer-Aspace y Rodando.

63 kilómetros

La Pontevedrada nació imitando una iniciativa que ya se había puesto en marcha en La Rioja, la Valvanerada, tierra de la que es natural uno de sus impulsores en Pontevedra, Raúl Álvarez. Ambas tienen un recorrido de 63 kilómetros, que en el caso de la Boa Vila termina en Santiago de Compostela a través del Camiño Portugués.

"A la gente le gustan los retos, como lo es este, de caminar en la noche. A otros les tira más el motivo solidario", explica Francisco Pérez-Mirás.

En su caso, él se implicó en la iniciativa el segundo año, como amante del Camiño de Santiago. "Estas cosas enganchan. Yo soy donante de órganos desde los 18 años. Era algo que me motivaban, porque se juntaban dos cosas importantes para mí", reconoce.

"Yo soy de los que digo que no todos somos donantes, pero sí todos receptores", recalca.

"Un país no puede estar pendiente solo del fútbol. En algún momento esto te puede tocar. Las enfermedades, los accidentes de tráfico están ahí. Es necesario que todos nos impliquemos", concluye convencido.