La parroquia de Tomeza celebró hoy la edición más desangelada del San Cibrán, el santo que espanta a los "meigallos". La falta de relevo en la comisión de fiestas provocó que este año, "por primera vez en la historia de esta romería", según aseguran los vecinos, se celebrasen los actos en honor a San Cibrán solamente con un carácter religioso: con misas y la procesión. Ni carpa para comida, ni pulpeira, ni charangas ni la tradicional verbena con baile, para mayores y jóvenes.

A mediodía, tras el sermón realizado en el exterior de la ermita tuvo lugar la tradicional procesión, en la que el santo es llevado a hombros alrededor del edificio. Mientras, los más creyentes ya caminan detrás también lanzando piedrecitas por encima del tejado. Cuenta la leyenda popular que son nueve vueltas y que con ello se espanta el "meigallo" y el mal de ojo.

Hay otras formas de evitarlo, como son las hierbas bendecidas por el santo. Son hojas de loureiro, olivo, romero, malva rosa y ruda. Aconsejan colgarlo en la puerta de casa, para que proteja la vivienda de todos los males.

Para completar el proceso, nada mejor que pasar por debajo del santo, que va sobre una plataforma. Hoy, ante el riesgo de lluvia, se quedó en el interior de la ermita y los creyentes pudieron cumplir con este paso ante el altar.