Cinco meses después de que los incendios arrasaran los montes de varias parroquias de Ponte Caldelas, en la "zona cero" de aquella catástrofe en la comarca comienzan a apreciarse "brotes verdes". Con todo, es mucho el trabajo por hacer en comunidades de montes que vieron como el fuego arrasó aquellos días hasta el 96% de su superficie arbolada, como fue el caso de Chaín.

La primera noticia que invita a la esperanza es que los trabajos para la consolidación del terreno y evitar la erosión del terreno han tenido bastante éxito, en la medida de lo posible. La lluvia sí ha arrastrado material en algunas zonas de gran pendiente pero en líneas generales el tratamiento con paja ("mulching") o la instalación de barreras han contribuido a paliar en gran medida la pérdida de sustrato sobre el que asentar las futuras repoblaciones, tal y como explican desde dos de las comunidades de montes más afectadas por los incendios, como son las de Chaín y Paradela.

En cuanto a la primera, su presidente, José Manuel Cal, señala que además de la paja y el centeno, otras fórmulas de regeneración natural como la caída de la "pinocha", la propia hoja el pino, ha creado un manto vegetal que contribuyó a frenar la erosión a pesar de las fuertes lluvias.

Lo mismo indican desde la comunidad de montes de Paradela, en donde su presidente, Luis Lameiro, señala que los tratamientos cumplieron su función, si bien "no al 100%", sí en un amplio porcentaje.

Ahora, las comunidades de montes ya piensan en el siguiente paso que es la repoblación del terreno. Sin embargo, el paso previo es la retirada del terreno de la madera quemada. Y esta no es una cuestión baladí dado que en muchas ocasiones la tala de los árboles afectados por los incendios se convertía en un obstáculo para la recuperación del monte. En los montes quemados el pasado octubre en la zona de Caldas ya se han llevado a cabo talas y en montes privados de Ponte Caldelas también, aunque en la mayoría de las comunidades vecinales siguen a la espera de que la Xunta resuelva las ayudas para llevar a cabo la tala y astillado de la misma en el caso de aquellas superficies en los que la madera quemada no tiene ningún tipo de valor comercial. Tanto Chaín como Paradela están, por ejemplo, en los trámites previos a este proceso.

Aprovechar la madera

Hay también superficies en donde la madera, aún quemada, todavía tiene aprovechamiento forestal aunque a muy bajo precio. Por ejemplo, en Chaín han logrado adjudicar 17 hectáreas a un maderero y están a la espera de que se concreten los permisos para proceder a la venta. Con todo, José Manuel Cal explica que tras el incendio la madera aprovechable se paga al 50% de su valor normal, o incluso menos (a un cuarto), dependiendo de la madera. Por lo tanto, las comunidades de montes también van a depender en gran medida de las ayudas que reciban de las administraciones para poder acometer la recuperación de los montes, empezando por la propia tala de los ejemplares quemados en aquellas zonas en las que la madera no puede tener este aprovechamiento comercial. "La Xunta da unos mil euros por hectárea para la retirada de madera quemada en las zonas que no tienen aprovechamiento comercial", explica, "y la empresa que a nosotros nos lo hace por menos dinero nos cobra 1.300 euros por hectárea", señala a modo de ejemplo para recalcar que las comunidades de montes van a tener que aportar importantes recursos a esta tarea de recuperación del monte, por lo que esperan contar con ayudas públicas.

Desde la comunidad de montes de Paradela siguen en conversaciones con madereros por si hubiera alguna zona con ejemplares aprovechables comercialmente para su retirada, pero ya reconocen que hay amplias zonas de monte que no tendrán esta salida.

Además, y debido a la gravedad de los incendios en la provincia de Pontevedra el pasado año, hay abundancia en el mercado de madera quemada y esto también contribuye a desplomar su valor por lo que los beneficios que podrían obtener las comunidades para luego reinvertirlos en retirar la madera que no es aprovechable o en la repoblación son limitados.

Antes del verano

En cualquier caso, ambos coinciden en que la salida de la madera quemada del monte es el siguiene paso para poder iniciar la recuperación y señalan que esperan que esta pueda realizarse antes del verano.

Sea como fuere, ahora mismo la retirada de la madera no corre prisa debido a las inclemencias del tiempo. Lleva cayendo agua sobre los montes quemados desde hace meses y José Manuel Cal explica que tampoco sería recomendable entrar ahora mismo con maquinaria pesada al monte para realizar los trabajos de retirada de la madera quemada, puesto que podría acabar afectando al terreno, deshaciendo así los avances que se lograron con los tratamientos de "mulching" .