Se habla de brotes verdes, pero no todas las familias pueden decir que se han visto beneficiadas por ellos. Es el caso de las que han comenzado a acudir al Banco de Alimentos de Pontevedra, que ha presentado su Memoria de 2016.

Según José Luis Doval, responsable de esta institución en la ciudad, que depende de la sede central de Vigo, el nuevo usuario es una persona de una edad media de unos 50 años, con familia y un trabajo tan precario que su sueldo no le permite llegar a fin de mes, de ahí que termine recurriendo a la ayuda externa para poder hacer frente, al menos, a la cuestión alimenticia, un derecho básico, según la Constitución española.

"Hay un segmento de población de unos 50 años que tiene una situación precaria en cuanto a empleo. En el resto de usuarios, la pobreza ya se ha cronificado, porque ya no sube ni baja. En el último año el incremento lo hemos notado en estas familias, que tienen empleos temporales y que rotan", se lamenta Doval.

Esta nueva coyuntura ha provocado que desde el Banco de Alimentos se repartiese más de un 10 por ciento de kilos más en el último año. De este modo, según su memoria de 2016, se distribuyeron 225.000 kilos en total, con una media de 19.000 kilos por mes.

El responsable del Banco de Alimentos en Pontevedra recuerda que su almacén despacha la comida a través de diferentes ONG. Así, colabora, entre otras, con los comedores sociales de San Francisco en Pontevedra y de San Vicente de Paúl en Marín, el albergue Francisco Javier, Calor y Café, Cáritas, Red Madre...

Entre los productos básicos entregados, destacaron 47.000 litros de leche, 26.000 de yogures, 15.000 de pasta, 14.000 de arroz y 12.000 de aceite.

"Los pontevedreses son muy solidarios. Eso está fuera de toda duda. Cada vez que hacemos un llamamiento u organizamos una Operación Kilo siempre están ahí, siempre nos ayudan. Afortunadamente, en ese sentido estamos bien", reconoce.

Noviembre suele ser un mes duro, con menos aportaciones, pero se salva con el de diciembre, en el que tiene lugar la Gran Recogida Solidaria, que este año se celebrará los días 1 y 2.

En este sentido, el Banco de Alimentos hace un llamamiento a todas aquellas personas que deseen participar durante la recogida en los supermercados e hipermercados de la ciudad. "Esos días necesitamos del orden de unos 300 voluntarios, para que todo tenga lugar de la mejor manera posible y con el mejor de los fines", señala el pontevedrés.

El mensaje para ellos es que "se trata de una obra social para los más necesitados que no sería posible sin su ayuda". "Los que necesitan ayuda la necesitan todo el año", añade.

Diariamente, en su almacén en la calle Faustino Santalices, el Banco de Alimentos cuenta con unos 10 voluntarios siempre, que se turnan para recibir la comida y organizarla en los diferentes emplazamientos.

Hoy por hoy, las necesidades más urgentes del Banco de Alimentos pasan por cacao, leche, aceite y legumbres, Con la institución colaboran tanto particulares con sus aportaciones como empresas.

La Gran Recogida Solidaria del año pasado logró acumular 90.000 kilos. Esto supuso 10.000 más que en 2015, de ahí que los organizadores se hayan puesto como reto superar también este año esa cifra.

Fueron 500 voluntarios los que participaron en la recogida en Pontevedra y su comarca. Asimismo, la Brilat y la Escuela Naval Militar colaboraron de forma altruista en la cuestiones logísticas para facilitar el transporte. La campaña del año pasado contó con el periodista vigués "Gonzo" como cara visible para ayudar a promocionar el trabajo del Banco de Alimentos.