La situación de sequía no solo afecta a las redes municipales, también las "traídas" vecinales están sufriendo graves problemas de abastecimiento que en algunos puntos de la comarca ya han derivado en fuertes restricciones de consumo e incluso cortes en el suministro.

Es por ejemplo el caso de algunas comunidades vecinales de aguas en Ponte Caldelas y Vilaboa. En la parroquia de Caritel, en el concello del Alto Verdugo, la falta de lluvias ha provocado que este verano los cortes en el suministro de agua hayan llegado mucho antes de lo que es habitual. Allí llevan ya un mes realizando cortes nocturnos de agua, según explica el presidente de esta comunidad, Javier Sánchez. Si bien reconoce que los cortes de suministro por las noches son "algo normal cada verano", este vecino de Caritel explica que la sequía este año está siendo tan acuciante que las nueve horas y media de corte que efectuaban hasta el momento (entre las 23 y las 8.30 horas) han tenido que ampliarlas desde hace unos días a una hora más con el objetivo de dar más tiempo de recuperación a los manantiales. En total, unas cien viviendas ven como no disponen de servicio de agua entre las diez de la noche y las ocho y media de la mañana.

No es la única comunidad de aguas de Ponte Caldelas que sufre este tipo de problemas, también se están realizando cortes y fuertes restricciones en los lugares de Anceu y Santa Ana.

En el municipio de Vilaboa también hay comunidades que han tenido que tomar medias por el bajo caudal de sus captaciones. En este municipio tan solo el núcleo de Paredes cuenta con abastecimiento municipal. El resto se nutre de las "traídas" y los pozos de cada vivienda. La comunidad de Pousada ha tenido que realizar ya algún corte y en el resto se están estableciendo límites máximos de consumo por familia para poder garantizar el servicio. En principio los límites pueden oscilar entre los 400 o los 800 litros por vivienda, "pero esto es algo muy complicado dado que hay familias de dos personas y otras de seis que necesitarían mucha más agua", explica el alcalde, José Luis Poceiro.

Ramón Agulla preside también una de las comunidades de aguas más grande de la comarca, la de Pontesampaio. El suministro de un total de 328 viviendas dependen de esta comunidad que también está notando los rigores de una primera y un verano en el que apenas se han registrado precipitaciones. Por el momento no han tenido que llegar a adoptar medidas tan drásticas como el corte de suministro nocturno, pero no sabe qué podrá ocurrir si las precipitaciones no llegan pronto y de manera abundante para recuperar los manantiales.

En Pontesampaio es habitual marcar cada verano un límite de consumo por vivienda sobre los mil litros diarios, pero hace quince días decidieron rebajar este tope máximo por familia a tan solo 500 al comprobar que, de seguir el ritmo de consumo anterior, no podrían garantizar el suministro.

Agulla explica que la práctica totalidad de los vecinos cumple a rajatabla con los límites establecidos. Rebasar el tope de consumo de agua marcado por la comunidad puede llevar aparejado rigurosas multas y sanciones económicas tal y como recogen los estatutos del colectivo. No obstante, no hay constancia de incumplimiento que supusieran la imposición de alguna sanción de este tipo. "En el caso de que algún usuario sobrepase este tope se le hace un seguimiento para que lo compense en los meses siguientes, no se suele imponer sanción, salvo que sea una situación muy grave", explica Ramón Agulla. En ocasiones, los incumplimientos también se pueden producir por averías que son ajenas a la voluntad de los usuarios. "La gente, normalmente es responsable", asevera.

En Xeve siguen una política similar. Allí casi todos los verano se limita el consumo por familia a estos mil litros diarios. Esta primavera, tras analizar la situación de los manantiales, se volvió a decretar este consumo máximo por jornada y vivienda para los meses de julio, agosto y septiembre. Por el momento, no ha habido problema y tampoco ha sido necesario rebajar este tope máximo diario, quizá, como explica Eusebio Corbacho, gracias a esa previsión establecimiento límites de consumo desde el inicio del verano. Allí también está prevista la imposición de multas para quien sobrepase los topes de consumo, aunque tampoco hay constancia de sanciones.

Esperando las lluvias

Ahora, los vecinos de estas localidades están pendiente de las previsiones que apuntan a posibles lluvias para este fin de semana, aunque son escépticos con la posibilidad de que estos chubascos puedan servir para solventar la actual situación de carestía de agua. "Estamos ante una situación sequía que es especial", reconoce Ramón Agulla. "Ni los más viejos del lugar recuerdan una cosa así", añade, al tiempo que señala que en Galicia se nos hace un poco más difícil acostumbrarnos a este tipo de situaciones. "Vivimos en un lugar en el que estábamos acostumbrados a que el agua nunca faltase y por eso igual se nos hace un poco más difícil asumirlo", explica.

Otras comunidades vecinales de agua, como en Campo Lameiro, no han adoptado restricciones en el consumo por vivienda pero sí se ha prohibido regar y el uso de agua para otras labores agrícolas con el consiguiente perjuicio.