Con la mayor parte de los municipios turísticos enfrascados ya en el proceso para contratar a sus socorristas para el verano y con la reciente decisión de la Asociación de Educación Ambiental y del Consumidor (Adeac) de conceder 18 banderas azules a otros tantos arenales de la comarca (once en Sanxenxo, cuatro en Marín, dos en Poio y una en Ponte Caldelas) la Consellería de Sanidade afronta ya una nueva temporada de baño, que se desarrolla del 1 de junio al 30 de septiembre con una inspección periódica de la calidad de las aguas.
Esta campaña 2017 comienza con un censo oficial de 51 playas (diez de ellas fluviales) especialmente en Sanxenxo (veinte), Poio (14) y Marín, que suma cinco, la misma cifra que Cotobade, que acaba de incorporar la zona interior de Calvelo. Y la tónica dominante es que la calidad de sus aguas es "excelente", una calificación que alcanzan 40 de las 51 playas, en función de los resultados de 2016 y años anteriores.
Se trata de las de Carballedo, Pozo Negro, Viascón, Xesteira y Calvelo en Cotobade; río Verdugo en A Lama; Aguete, Mogor, Portocelo y O Santo en Marín; Pontesampaio en Pontevedra; Chancelas, Chancelas Pequena, Xiorto, As Sinas, Fontemaior, Covelo, Ouriceira, A Canteira, Campelo, Cabeceira y Lourido en Poio; A Calzada en Ponte Caldelas, A Lanzada, A Lapa, Nosa Señora, Agra, Areas Dereita, Areas Gordas, Baltar, Bascuas, Paxariñas, Canelas, Espiñeiro, Foxos, Major, Montalvo, Pragueira y Silgar en Sanxenxo; y Forno do Cal en Vilaboa, otro arenal que se incorpora al censo oficial de la Xunta.
Otros siete arenales comienzan la temporada con una calidad "buena" del agua. Son Loira en Marín; Padrón en Poio; Caneliñas, Panadeira y Areas Esquerda en Sanxenxo; y Areeiro y Deilán en Vilaboa. Por su parte, tan solo la playa de Laño, en Poio, se encuentra un escalón por encima del suspenso, con un suficiente, después de los numerosos episodios de contaminación sufridos en veranos anteriores, un problema que en esta ocasión "hereda" la de Raxó.
Sanidade identifica como "aguas de baño" la mayor parte de playas, costeras o interiores donde "se prevea que pueda bañarse un importante número de personas" siempre que no exista una prohibición permanente o advertencia parecida. Su vigilancia sanitaria se lleva a cabo mediante una inspección y muestreo periódicos de sus aguas, que lleva a cabo el cuerpo de farmacéuticos inspectores de salud pública durante la temporada de baño, que se establece del 1 de junio al 30 de septiembre. En las muestras se analizan los parámetros microbiológicos Escherichia coli y enterococos intestinales en el Laboratorio de Saúde Pública de Galicia.
Si en un muestreo de un control puntual se encuentran valores superiores a 1.500 UFC/100mL de cualquiera de los dos parámetros, se considera que existe un episodio de contaminación y se desaconseja el baño. El pasado año se registraron dos casos de este tipo a lo largo del verano en la zona fluvial de Pozo Negro, en Cotobade, y el arenal de Areeiro, en Vilaboa, después de unos 400 análisis en toda la comarca.
