De los 884 siniestros registrados el pasado año en la ciudad solo 45 correspondieron a atropellos, lo que supone apenas el 5% del total. Sin embargo son estos accidentes los que generan las peores lesiones ya que 12 de los 18 heridos graves eran peatones víctimas del alcance de un automóvil. El resto corresponde también a usuarios de vehículos más "débiles", como ciclistas o motoristas.

La velocidad y los despistes se sitúan como principal causa de estos atropellos y el gobierno local exime de responsabilidad en muchos casos a los propios peatones, "salvo que se abalancen hacia la calzada". A juicio de Carmen da Silva, el tránsito peatonal "tiene prioridad" sobre otras modalidades circulatorias, además de que todo el casco urbano tiene una limitación obligatoria de velocidad de 30 kilómetros por hora.

En todo caso, se admite que en algunas ocasiones se produce un exceso de confianza por parte del peatón, además del conflicto sin resolver entre los tránsitos a pie y en bici por las áreas peatonales.