El profesor Eusebio Rivero entiende la educación como una forma de colaboración entre muchas partes y en la que se debe empoderar a los alumnos. Su apuesta pasa por el trabajo en equipo y el aprendizaje sin memorización. Sobre todo ello habló en la IV jornada del Observatorio Socioeducativo Inspira, que se celebra hasta abril en la Biblioteca Pública de Pontevedra.
-¿Es posible el aprendizaje sin memorización?
-Sí, nosotros trabajamos con una nueva manera de entender la educación mediante la cual planteamos proyectos a los alumnos y ellos son realmente los que realizan todo el trabajo de la investigación, por lo que siempre es trabajo en equipo, cada uno se encarga de una tarea, y no es un solo profesor el que está con ellos. Son proyectos realizables. Yo trabajo con el arte contemporáneo y la apropiación del espacio porque desde hace tiempo considero que los centros escolares son de los alumnos. No son ni de la Consellería ni de los profesores ni de la dirección. Son de los alumnos porque es donde más tiempo pasan ellos. La idea es que se apropien de ese espacio, que lo hagan suyo.
-¿Una forma de empoderamiento?
-Sí, de darles ese poder que muchas veces no tienen. Parece que el poder es siempre del profesor o de más arriba, de la Administración, cuando realmente los que que están ocho horas diarias son los estudiantes.
-¿Podemos definir esta visión como una corriente?
-Cada vez son más los centros y los profesores que se decantan y se dan cuentan de que es una manera de evitar el absentismo escolar, el "bullying", que no es algo nuevo... Es una manera de cambiar el concepto de respeto da alumno-profesor y de profesor-alumno. Se trata de trabajar como iguales, porque yo no me creo que se haya perdido el respeto al profesorado. Yo soy un defensor acérrimo de la juventud. No noto tanto la diferencia de cuando éramos jóvenes. Algo que anima a trabajar de esta manera es que los resultados son mejores y los alumnos van más contentos al centro.
-¿El sistema colabora con estas nuevas formas de educación?
-El sistema no se adapta muchas veces por desconocimiento. A veces también son las familias las que no lo entienden, hasta que ven los resultados. Yo, como muchos otros profesores, trabajo implicando a toda la comunidad: padres, abuelos, tíos, el tendero, el zapatero... No solo educamos en el instituto. Cuando empiezas a involucrar a todo el mundo, cuando todo el mundo se siente útil en algo, eso funciona. Por ejemplo, creamos un jardín en el centro en el que se implicaron muchas personas, para crear un espacio que fuese más cómodo y se pudiese utilizar realmente. Ahora, son los propios alumnos, que diseñaron ese jardín, los que lo usan y lo cuidan.
-Siempre en equipo. ¿Hay que olvidarse de la competitividad?
-La competitividad es necesaria, pero no es sana. Yo no sé trabajar si no es en equipo. Yo, como profesor de ciudad, creo que en la ciudad todos formamos parte de un todo. Todos tenemos que estar engranados para funcionar. Lo mismo ocurre en un centro educativo, donde cada uno tiene su función y cada uno sabe de lo que sabe. No todos podemos saber de todo. Hay muchas veces en las que el miedo a no hacer algo porque no lo sé hacer nos frena. Hay que preguntar a quien sabe. Los alumnos tienen que darse cuenta de que no tienen por qué saberlo todo ni por qué ser los mejores en todo. Hay alumnos que son mejores en unas cosas que en otras y eso hay que potenciarlo y no intentar que sepan de todo. Hay que tener una cultura general, unos conocimientos, pero cada persona tiene sus características.
-¿Qué es más importante el saber o el saber ser?
-Para mí, el pensar. Cuando empiezo los cursos les advierto de que lo que van a hacer conmigo es lo más difícil que van a hacer en su vida: pensar. Si sabes pensar, sabes ser crítico, valorar... El conocimiento no te hace ser más que un "google", una enciclopedia andante que no pone en práctica ese saber.
-¿Este tipo de educación se puede extrapolar a otro tipo de materias? Las de ciencias, por ejemplo...
-Sí, por supuesto. Nunca es cosa de una asignatura sola ni de una materia. Procuramos juntarnos muchas y muy dispares, para que cada una aporte a ese proyecto esos conocimientos, desde biología, a historia, matemáticas, tecnología... Todas las asignaturas están unidas en base a un proyecto. No es un bloque solo, lo que requiere es mucho esfuerzo, por eso muchas veces no se desarrolla, ya que son necesarias muchas reuniones previas, conocimiento del tema y mucho querer hacer. Es un trabajo de conocimiento continuo y de relación, de contacto con los alumnos y compañeros. Es una actualización constante, pero mucho más gratificante que el que te hagan un examen de diez.
