| El Samaín no tiene una sino mil formas de ser festejado, como prueban estos días los centros educativos de la comarca. Es el caso de la Escola Infantil de la delegación de la Xunta, cuyos alumnos participaron en un concurso de calabazas, hicieron conjuros, bebieron "pociones misteriosas" a base de zumos y pintaron las caras en una terrorífica fiesta en la que tampoco faltaron las sombras ni los conjuros. La idea era que los más pequeños se familiarizasen con esta fiesta que hunde sus raíces en el mundo prerromano y que marca el final del verano y la llegada del invierno. Por su parte, en el Gothic Circus School los grandes protagonistas volvieron a ser la diversión y el ejercicio físico, de modo que los pequeños, maquillados y disfrazados, protagonizaron una no menos "terrorífica" sesión de aéreos colgados de aros, trapecios, telas...