El edificio sindical de Pontevedra acogió ayer esta reunión de coordinación entre miembros de Comisiones Obreras de las plantas cloreras de Elnosa en Lourizán y Solvay en Torrelavega, a la que también se sumaron miembros de Solvay en Tarragona.

José Manuel García, de Solvay Torrelavega, reconoció que la noticia de la compra de la planta por parte del Grupo CUF fue una "gran noticia" para una plantilla que suma 250 puestos de trabajo directos. Con todo, señaló que el interés de ambos comités es que el grupo mantenga las dos plantas en funcionamiento, como pretende la empresa, dado que los convertiría en líderes en el mercado nacional. Tanto el representante del comité cántabro como el de la fábrica catalana se mostraron sorprendido por la hostilidad de parte de las instituciones pontevedresas hacia la permanencia de Elnosa. "Allí las instituciones ponen alfombra roja, la colaboración es total e incluso se muestran dispuestos a colaborar con los nuevos inversores", dicen. Destacan, además, que el cambio de tecnología supone una inversión millonaria para convertir a una industria en sostenible y más ecológica al eliminar el mercurio. Reconocen que la planta cántabra no tendría capacidad para asumir la recolocación de los 68 trabajadores de Pontevedra si esta, finalmente, tuviera que cerrar. Por eso retan a los partidos que defienden el cierre en Lourizán a que planteen alternativas para estas familias.