La educación centró ayer la entrega de los Premios Cidade de Pontevedra, que tuvo lugar en el Teatro Principal con motivo del día de San Sebastián, patrono de la ciudad junto a la Virgen de la O.

El escritor, profesor e investigador Calros Solla y el IES Luís Seoane de Monte Porreiro fueron los galardonados en esta ocasión en las categorías de persona física y jurídica, respectivamente.

El acto reunió a la corporación municipal en pleno y a representantes de colectivos culturales, empresariales y sociales de la ciudad, así como de la Universidad, el Ejército y fuerzas de seguridad. Entre otros, se encontraban el general de la Brilat, Luis Cebrián Carbonell; el subdelegado de Defensa en Pontevedra, Ángel de Miguel Campos; el subdelegado del Gobierno, Antonio Coello, y el presidente de la Audiencia provincial, Francisco Javier Menéndez.

Pero, sin duda, el público más especial de ayer en el teatro fueron las decenas de alumnos del instituto, que quisieron estar presentes para apoyar a su director, Carlos García, en la recogida de un premio que reconoce el trabajo de toda la comunidad educativa. Los chavales hicieron notar su presencia con sus entregados aplausos, que dieron un aire distendido al acto con el que cada año Pontevedra expresa su orgullo de ciudad.

Abrió el acto la agrupación de música tradicional Os Alegres, una actuación que dio paso a la lectura del acta del jurado.

El primero en intervenir fue el escritor pontevedrés Calros Solla, profesor de historia y lengua y miembro de la Asociación Cultural e Ecoloxista Verbo Xido de Terra de Montes y del Grupo de Estudos Etnográficos Serpe Bichoca. El jurado valoró, en su caso, su trabajo "incansable" por la puesta en valor de la cultura gallega y el patrimonio inmaterial de Pontevedra, especialmente el relativo al río dos Gafos, sobre el que escribió una publicación.

El poeta realizó su discurso de agradecimiento a modo de recital y en clara referencia al Gafos: "dádeme un rei, que eu vos darei a veiga onde fundar unha cidade".

Durante cinco minutos de intervención, Solla mencionou a escritores como Federico García Lorca, Blanco Amor, Manuel María o Luís Seoane, así como lugares como la Fonte do Salgueiriño, Monte Porreiro, Mollavao, Praceres o Marín. "Poeta branco, poeta amor, hogaño esta cidade xenerosa investiume profeta e, á dereita de meu pai, viaxo a Marín nun trole de dous pisos", recitó.

En un firme alegado galleguista, el ganador de un premio Cidade de Pontevedra recordó que "cando un galego canta, algo leva na gharghanta".

"Nesta hora gozosa e saudosa, habédesme perdoar o atrevemento, mais xa van oitenta do 36 e a miña boca ansía falar por boca de bocas afogadas, e digo: A miña patria natural é Galiza. Ámoa fervorosamente, como pode amar un fillo a súa nai. Xamais a traizoaría, aínda que me concedesen séculos de vida. Adóroa máis alá da miña propia morte", recalcó.

"Se o xurado entendeu que por este amor entrañábel se me debe distinguir co Premio Cidade de Pontevedra, recibireino como unha beizón máis por ela", terminó.

El profesor aseguraba a los medios de comunicación, minutos antes de que comenzase el acto, que se encontraba muy contento por el hecho de que su ciudad natal, en la que pasa la mayor parte del premio, le otorgase una "distinción tan notable".

"Un non pode recibir isto máis que con humildade e tentando administrala ben e tentando fuxir do acomodo. Intentarei empregala traballando polo meu país, pola miña cultura, pola miña lingua sen esquecer aos amigos que sempre me acompañan", recalcaba reconociendo que sentía ciertos nervios ante el acto: "Cómpre estar á algura das circunstancias. Este é un dos grandes momentos da vida dunha persoa".

En nombre del IES Luís Seoane tomó la palabra su director, que comenzó diciendo que "non é só un premio ao centro, isto témolo moi claro", sino un reconocimiento a los padres de los alunnos, al barrio y al resto de centros de estudio de Monte Porreiro, el EP Marcos da Portela y el EI Fina Casalderrey. "Sen a participación de todos, non sería posible", añadió.

El instituto fue premiado por su promoción de la interculturalidad, la integración y la proyección positiva del barrio de Monte Porreiro a nivel internacional.

Carlos García recordó los inicios del instituto, que abrió sus puertas en Monte Porreiro en 1988, un tiempo durante el cual los espacios compartidos "convirtieron hoxe o barrio nun lugar agradable e acolledor". En esta línea, puso de ejemplo los "camiños escolares", en los que colaboran los vecinos de forma desinteresada.

"Fomos centro experimental para o adianto da ESO e tamén da actual Formación Profesional", dijo el director de un centro que en la actualidad participa activamente en el programa Erasmus+, además de contar con un vivero de empresas para ayudar al alumnado a poner en marcha sus iniciativas emprendedoras.