La idea de que el arte cura está en las raíces de la cultura europea y ya los griegos señalaban al teatro o a la música como modos de ayudar a nuestro psiquismo. Al igual que se su compañera Lucía Ferreirós, Guillermo Toucedo es heredero de esa visión de una creatividad terapéutica, utilizada en su caso para intervenir sobre una pequeña sala de Cuidados Paliativos que antes estaba pintada en ocre y negro.

"La idea era abrir el espacio e invitar a alzar los ojos", explica el artista, que buscó que los pacientes de paliativos y sus familias "puedan evadir un poco los sentimientos y pensamientos que pueden tener en esos momentos complicados".

Para ello realizó un mural en la sala de familiares de enfermos terminales. Utilizó paisajes, un árbol o un pájaro situado en el techo y que busca evocar la idea del alma.

Asimismo, intervino sobre las ventanas y "en todo momento", señaló, "tuve en cuenta la opinión del personal sanitario".

Por su parte, Lucía Ferreirós intervino sobre el espacio del hospital de día de Psiquiatría, pero también sobre los enfermos e incluso el personal. Partiendo de la leyenda oriental de que si se realizan en origami mil grullas de papel nuestro más intenso deseo se hace realidad, se propuso lograr ese millar de figuras de papel, así es que invitó a toda la comunidad terapéutica a implicarse en el proyecto.

Puso en marcha un taller de origami y se realizaron cientos de grullas multicolores. Además, el proyecto se completó con una visita a la Facultad de Bellas Artes y una instalación final.

Ésta tuvo lugar en la sala de estar y en el comedor del hospital de día, cuyas mesas se adornan ahora con vinilos con instrucciones de origami para que continúen la actividad. "Mi idea es que fuese un trabajo colectivo, que ellos mismos mejorasen el ambiente", indica la artista, cuyo proyecto se tituló "1001 grullas" y que se felicita porque "hemos creado algo bello entre todos".

Las grullas de papel se guardan ahora en unas vitrinas, expresión de lo que han compartido y de la invitación de la artista a los "pensamientos positivos".

Las dos intervenciones se llevaron a cabo en el marco de un programa de colaboración suscrito entre el Complejo Hospitalario de Pontevedra y la Facultad de Bellas Artes, cuyo decano, Juan Carlos Meana, acompañó ayer al gerente del CHOP, José Manuel González, y a los artistas en la presentación de los proyectos.

Éstos han supuesto "una experiencia muy positiva, estamos encantados del trabajo de los artistas y también sus profesores y tenemos confianza en que esta colaboración continúe, seguiremos humanizando el hospital, dándole un aspecto más acogedor", señaló José Manuel González.

Por su parte, el decano de Bellas Artes incidió en que con este tipo de iniciativas se pretende que los alumnos tengan "un acercamiento a una experiencia real, que se ellos se van en una intervención en concreto con condicionamientos de materiales, espacio etc, también que tengan que trabajar en equipos, la idea partió de ellos pero ha habido supervisión de sus tutores y del hospital y no se ha paralizado la dinámica del día a día".

Desde el punto de vista artístico, la pretensión es, añade el decano de Bellas Artes, "alejarnos de la idea romántica de que el artista está en su taller esperando recibir la inspiración, hay que ir abandonando esa idea".