El conocido como crimen de las dos ciudadanas chinas conmocionó a la ciudadanía de Pontevedra hace ahora cinco años. El esperado juicio por la muerte de estas dos mujeres, Kung Yong y Guang Qu, se inicia hoy en la Sección Cuarta de la Audiencia Provincial de Pontevedra, pero lo hará con un único acusado en el banquillo, Zhang Hai Jie, pese a que la Policía Nacional española logró identificar plenamente a una segunda persona como sospechosa de participar en el doble homicidio.

Se trata de Wenbin Sun, ciudadano chino que logró huir a su país de origen cuando estaba a punto de caer en manos de la Policía Nacional. Fuentes de la Fiscalía confirmaron ayer que, oficialmente, no se ha renunciado a que este hombre acabe respondiendo por su presunta implicación en el crimen ante la Justicia española, sin embargo, las expectativas de que Wenbin Sun pueda comparecer algún día ante un tribunal popular en la Audiencia Provincial de Pontevedra como va a ocurrir hoy con su compatriota Zhang Hai son muy escasas, por no decir prácticamente nulas. Todo ello pese a que incluso se conoce la ciudad del este de China en la que este hombre estaría residiendo.

El juzgado que instruyó el caso no escatimó en esfuerzos para intentar traerlo a España y movió la lenta y compleja maquinaria diplomática para reclamarlo como presunto autor de este crimen. Se solicitó formalmente su extradición al país asiático pero ayer se supo que China negó la entrega de esta persona reclamada por el juzgado pontevedrés. La respuesta no es una sorpresa. Pese a la gravedad de los hechos que se le imputan, es habitual que los países -incluido España- nieguen la extradición a otros estados de sus nacionales.

Así las cosas, parece que pocas posibilidades hay de que Wenbin Sun acabe ante un tribunal español salvo que cometa el error (conoce perfectamente por lo que está siendo buscado por España) de abandonar su país de origen. En cuanto pusiera un pie fuera de China podría ser apresado por Interpol, ya que se mantiene activa una orden internacional de busca y captura contra su persona emitida por el juzgado de Instrucción 2 de Pontevedra.

Jurado popular

Con Wenbin Sun en China, el otro acusado, Zhang Hai Jie, se sentará hoy ante un jurado popular en la Audiencia para responder a la petición de 28 años de prisión por dos delitos de homicidio que realiza tanto la Fiscalía como la acusación particular, que ejercer la hija de una de las víctimas (concretamente de Guang Qu). Las dos mujeres tenían descendencia, un hijo cada una, que están citados a declarar en el juicio que se celebrará estos días en la Audiencia aunque distintas fuentes consultadas afirman que será difícil de comparezcan por encontrarse en China.

Con Wenbin Sun refugiado en su China natal, se espera que su compañero Zhang Hai Jie descargue en él las sospechas del doble crimen que se produjo en el piso de la calle Amado Carballo de Pontevedra en donde residían y trabajaban las dos mujeres (al parecer, ambas se dedicaban a la prostitución). Al menos en fase de instrucción Zhang Hai reconoció que el 26 de abril de 2009 (fecha en la que los forenses sitúan finalmente la muerte de las dos mujeres) él estuvo en el piso de Amado Carballo en el que residían las víctimas, ya que una huella dactilar así lo confirma. Sin embargo, insiste en que él no acabó con la vida de sus dos compatriotas sino que abandonó el piso cuando ambas estaban todavía vivas. En el interior del inmueble quedaba Wenbin Sun practicando sexo con una de ellas cuando él bajó a la calle a fumarse un pitillo y esperar a que su compañero bajase. Cuando apareció, ambos se fueron en un taxi a Ourense y desde allí a Madrid. Desconoce lo que ocurrió en el piso de Amado Carballo mientras él no estuvo.

Asfixiada y estrangulada

Sin embargo, la Fiscalía cree que el junto a Wenbin Sun fueron los autores de la muerte de las dos mujeres, acabando con la vida de una de ellas asfixiándola con una cinta americana y de la otra estrangulándola. Considera además que el crimen no pudo ser cometido por una única persona y que los dos se aprovecharon de su superioridad física para acabar con la vida de las dos mujeres.

El juicio también servirá para intentar despejar el móvil del doble asesinato. Todo hace indicar que uno de los dos implicados intentaba retomar una relación con una de las mujeres chinas y ella no parecía estar muy por la labor. Y es que el detenido que se fugó a China ya había estado vinculado a una de las fallecidas, Guang Ku, quien incluso ya habría protagonizado un episodio anterior en la calle en la que un varón la intentaba llevar por la fuerza pese a su oposición.