Heredero de la mejor tradición ganadera de Madrid y La Mancha, José Manuel Quintas Hernández será hoy el invitado de excepción al coloquio que celebra la Coordinadora de Peñas Taurinas de Pontevedra en la víspera del arranque de la feria. El encuentro tendrá lugar en el café bar Carabela a partir de las 21 horas y será una oportunidad de lujo para escuchar las reflexiones de un joven aunque veterano empresario que apuesta decididamente por la conservación de las razas autóctonas.

-¿Desde cuándo se dedica su familia a la ganadería?

-Desde antes de la guerra civil, alrededor de 1920 más o menos.

-¿Empezó su bisabuelo?

-Si, en aquel momento había muchos tratantes de ganado y mi bisabuelo (Genaro Quintas Barrios) compra unas vacas de la ganadería de Valle pero durante la guerra civil se extinguió. Y luego, ya después de la guerra civil, seguían siendo tratantes de ganado y mi abuelo tiene la posibilidad de comprar unas vacas de ese mismo origen que había comprado su padre, era el encaste que le gustaba a su padre y decide mantenerlas como ganadería, en lugar de volverlas a vender en un trato más. Y así es como empezó la ganadería.

-¿Cuándo asumió la dirección de la empresa?

-La representación la llevo desde el año 2000, es una empresa familiar y conmigo están mis primos, y fue en el año 2001 que empecé a llevarla. Conmigo están mis tres primos, cada uno nos ocupamos de distintos temas pero siempre estamos comunicados.

-A pesar de que sus astados son menos conocidos fuera de la Comunidad de Madrid en la actualidad ustedes tienen tres hierros, en uno de los más importantes proyectos ganaderos de reses bravas de la Península

-Si, tenemos tres hierros, uno de ellos es diferente, una ganadería de encaste Domecq, y de las otras una es de origen Martínez puro y la otra, que es la que tengo yo en propiedad, tiene dos encastes, el de Martínez y ahora estoy cambiando por el de Santa Coloma, pero el otro lo mantengo para seguir por un lado la tradición familiar y por otro buscar también nuevas alternativas al toro actual.

-¿En donde cría a sus animales?

-En Colmenar del Arroyo, es dentro de la Comunidad de Madrid una zona privilegiada para el ganado extensivo porque tiene mucho monte y también mucha encina, de modo que aprovechamos el producto, también hay agua y para la ganadería está muy bien.

-¿En qué momento está el sector de la ganadería de reses bravas?

-Pues un poco en decadencia, el toro sirve para fiestas nacionales y el presupuesto para fiestas, debido a la crisis de los ayuntamientos, se ha reducido, con lo que ha disminuido mucho el número de festejos, se nota que el presupuesto es inferior y que el sector ha bajado mucho.

-Le dirán que el reto está en aguantar ahora el tirón de la crisis...

-Si, dicen que el que aguante se va a hacer de oro (sonríe) pero ya llevamos muchos años aguantando y, bueno, intentas tomar decisiones, cambiar un poco, a lo mejor también hay que cambiar ideas, por ejemplo nosotros tenemos una ganadería de carne que la teníamos antes casi como un capricho, una afición, y en este momento la estamos tomando de otro modo, como una clave para afrontar la crisis y subsistir, porque tiene que pensar que un toro bravo con dos años tiene el mismo precio prácticamente que un choto al destete de los mansos, cuando el coste de alimentación es muy inferior, así que está difícil.

-La apuesta por la ganadería extensiva es una de sus constantes...

-Si, nosotros tenemos todo en extensivo, solemos tener como unas dos hectáreas por animal, para que crezca adecuadamente y tenga siempre alimentación de sobra aunque, claro, hay momentos en el invierno o cuando la hierba está muy seca que se necesita suplementarla. Normalmente las ganaderías en extensivo suelen tener una hectárea por animal, por ejemplo para una madre e hijo suele estar en una hectárea, yo tengo dos por animal, siguiendo un poco la tradición familiar que tenemos. En mi caso al ser una ganadería con 80 años mis predecesores compraron fincas, lo cual es una gran ventaja, supone no tener que alquilar, en ese sentido si me siento un privilegiado.