El pleno de ayer no podía dejar de tener su dosis de rivalidad entre el Concello y la Xunta. Esta vez fue en materia educativa, con una propuesta del PP para que el gobierno local devolviera las tasas por los certificados de empadronamiento que exige la Consellería de Educación para la matrícula escolar, y una iniciativa del BNG sobre los comedores escolares.

En el primer caso, la oposición trató de convertir al Concello en el único responsable de que los padres tuvieran que pagar 5,13 euros por un certificado de empadronamiento que empezó a exigir la consellería este año con el argumento de "evitar la picaresca" en el domicilio de los alumnos. Hasta ahora admitía un volante que es gratuito y que el ayuntamiento incluso remitía por correo a los domicilios.

Según explicó el concejal de Régimen Interior, Vicente García Legísima, en abril del pasado año se emitieron 113 certificados de este tipo, mientras que en los primeros 15 días de abril de este año esa cifra se triplicó hasta los 635. "Y no fue porque el Concello hubiera cambiado nada; la razón la deben buscar en las nuevas exigencias de la consellería, aplicadas este año y sin avisar", replicó el concejal nacionalista.

Sobre la devolución de esas tasas, tanto el BNG como el PSOE acusaron al PP de "tratar de quedar bien con los padres pidiendo algo que ustedes tienen que saber que es imposible, como es no aplicar una ordenanza en unos casos y en otros si".

Desde el PP, el concejal Miguel Meijón replicó que ante esta negativa "el gobierno local solo tiene afán recaudatorio" y apuntó la posibilidad de que se modifique la ordenanza que fija las tasas en la expedición de documentos.