A los 3 años un cuento troquelado de Cenicienta enseñó a Marilar Aleixandre que los relatos son invención, pero también complicidad: escojo creer que el zapatito es de cristal, aunque en realidad solo sea un desplegable de plástico. La escritora recordaba la anécdota al recibir el homenaje del Salón do Libro 2013, un reconocimiento a su carácter "resolutivo, competente y generoso", a su tenacidad, constancia y capacidad para derribar todo tipo de barreras, a la cabeza las que separan los géneros (poesía o teatro, literatura adulta o juvenil, relato o novela...).

Son algunas de las características que destacó la también escritora Fina Casalderrey al presentar a Marilar Aleixandre, a la que definió como una Blancanieves rebelde "que se pensará si tiene que lavar, cocinar y calcetar para todos", una madrileña de origen que convirtió al gallego en la lengua de su extensa y premiada producción literaria.

La académica Fina Casalderrey no fue la única representante del mundo de las letras que acompañó a Marilar Aleixandre, arropada por otros autores como Agustín Fernández Paz en la clausura de este Salón que han visitado cerca de 26.000 personas, 6.000 más que en la pasada edición a pesar de que su duración se acortó.

El alcalde, Miguel Fernández Lores, y la concejala de Cultura, Anxos Riveiro, encabezaron el homenaje, en el que también participó la Orquesta de Cámara Lira y sus jovencísimos (y preparados) instrumentistas, a los que la edil señaló como uno de los orgullos de una ciudad "donde los niños son protagonistas" y que apuesta porque la cultura llegue a todos los pequeños "independientemente de su situación económica".

Por su parte, Marilar Aleixandre reivindicó la lectura como un modo de compartir imaginación e invención. "El secreto de un cuento es lograr compartir emoción", afirmó antes de señalar que los relatos que suscitan emoción "son los escritos en serio, y no hago distinción entre literatura infantil y juvenil".

Recordó que en su infancia no se les dejaba en el colegio ni un libro entero para leer antes de manifestar su convencimiento de que "los que dicen que la enseñanza de antes era mejor cuentan mentiras y lo saben".

Finalmente, la concejala de Cultura le hizo entrega de un obsequio, un objeto si se quiere prescindible que quiere mostrar lo imprescindible: Marilar Aleixandre es una maestra única, cuya fortaleza física e intelectual anima a seguir emocionándonos seriamente y con la misma seriedad a seguir derribando barreras.