Una treintena de vecinos de la parroquia de Agudelo, en el municipio de Barro, se concentraron ayer a las puertas de la casa-escuela para denunciar el clima de "amenaza e inseguridad" que, según aseguran, ha generado una familia procedente del poblado chabolista de O Vao.

En los últimos días se produjeron diversas denuncias públicas y ayer los vecinos celebraron su primera reunión. Coincidiendo con la asamblea de la Comunidad de Montes, los residentes en la zona plantearon en el apartado de ruegos y preguntas el problema que, aseguran, genera esta familia de etnia gitana que encabeza Emilio Salazar Montoya y que está asentada en la aldea de Valbón.

Los vecinos se concentraron tras una pancarta en la que podía leerse "Pedimos ayuda". Exigieron así una intervención de la administración para evitar que se consolide en la zona un asentamiento ya que "dicen que son una familia pero habitualmente son entre cinco y treinta, medio poblado", denuncian los residentes en la parroquia.

Acusan a esta familia de protagonizar diversos actos delictivos y agresiones. "Roban en las vías del AVE, el gasoil de las máquinas y de los camiones aparcados y hasta una bombona", aseguran los portavoces vecinales, "y a algún vecino le han robado delante de sus narices y a otro lo amenazaron".

Salazar Montoya solicitó el empadronamiento, siempre según los datos que expusieron los vecinos, en diciembre del pasado año, si bien reside en una vivienda de Valbón (una aldea de la parroquia de Agudelo de aproximadamente cien habitantes) desde varios meses antes.

Se trata de una casa unifamiliar que, siempre según exponen los vecinos, "es propiedad de un vecino de la aldea, Rafael Fabeiro, porque fue un propio vecino del lugar quien los metió en la casa y luego ellos acabaron por apropiarse de la vivienda, uno de ellos tiene antecedentes por pederasta y, de hecho, hasta los echaron del Vao".

Los afectados insisten en que "la casa es propiedad del ayuntamiento, efectivamente se construyó en una finca rústica del propietario de la vivienda pero la hizo el ayuntamiento y también con ayudas de la Xunta, después de que los gitanos desalojasen al propietario éste los ha denunciado en el juzgado de Caldas".

Por su parte, Salazar Montoya reconoció ayer esta denuncia, pero asegura contar con una autorización anterior por escrito del propietario para utilizar la casa.

"Si no queda otro remedio tendremos que cortar la feria"

Tras la primera concentración de ayer, los vecinos confirmaron que estudiarán nuevas concentraciones de protesta para los próximos días.

Se plantean boicotear el mercadillo de Barro, promovido por el presidente del Pueblo Gitano, Sinaí Giménez, si no se les da una solución al problema de Valbón.

"Si no queda otro remedio tendremos que cortar la feria, como el único modo de presionar, porque también creemos que el Pueblo Gitano debe implicarse en aportar soluciones para este problema".

"Que el alcalde y el subdelegado tomen cartas en el problema"

Los vecinos insisten en que "éste no es un problema de racismo sino de seguridad, lo que se trata es de garantizar la tranquilidad de la zona, en donde no se habían producido robos de entidad ni enfrentamientos u otros sucesos hasta la llegada de estas personas".

El alcalde de Barro, José Antonio Landín Eirín, trasladó el problema al subdelegado del Gobierno, y los vecinos exigen que ambas administraciones "tomen cartas".