J.R.R., de 61 años y vecino de O Carballal, aceptó una condena de dos años de libertada vigilada por un delito de coacciones, tras disparar a sus vecinos con una escopeta.

El día 30 de mayo de 2018, el condenado, desde una habitación de la casa en la que vivía, efectuó varios disparos utilizando una escopeta de aire comprimido (marca Gamo, modelo 1000) y equipada con una mira telescópica en dirección hacia un vecino y su amigo, quienes estaban sentados en el patio delantero de la vivienda del primero, según describe el escrito de acusación.

Los dos vecinos "estaban charlando" y en presencia de sus perros, a unos 30 metros separados del lugar desde el que el condenado les disparó, entonces el penado dirigió a sus disparos hacia donde estaban ellos dos y lo hizo en varias ocasiones.

Uno de los proyectiles impactó cerca de donde estaba uno de los vecinos sentados y el otro impactó en la oreja de una perra del segundo. Ante ello, los dos vecinos atemorizados hubieron de refugiarse con sus perros dentro de la casa y pedir auxilio a la Guardia Civil.

El acusado, padece esquizofrenia paranoide crónica, sin que tenga conciencia alguna de la enfermedad y necesidad de tratamiento, según señala el escrito de acusación. El condenado está declarado discapaz total y, según se establece, "se pasea por el pueblo varias veces armado y tiene atemorizados a los vecinos".

La conformidad en la pena por el delito de coacciones viene acompañada por una medida de seguridad consistente en el tratamiento necesario.

Además se retira la responsabilidad civil, al haber renunciado a cualquier indemnización civil por parte de los vecinos afectados. El Ministerio Público se retira el alejamiento impuesto a los vecinos de 300 metros de distancia.