Los equipos directivos y docentes de los centros educativos de Infantil y Primaria de Ourense apuran los detalles organizativos de una vuelta a las aulas atípica por la pandemia del Covid-19 pero también por el largo período de ausencia de los menores, que llevan seis meses sin pisar los colegios. Las clases empezarán de manera gradual este jueves y viernes, por lo que todo debe estar preparado para cumplir el protocolo Covid y convertir los centros educativos en entorno seguros frente a la transmisión del virus.
En esto están inmersos los colegios, que trabajan ya a contrarreloj ultimando detalles, celebrando consejos escolares y reuniendo a las familias para explicar las medidas implantadas y, sobre todo, pedir su colaboración. "La prioridad es evitar contagios", señala el director del CEIP Irmáns Villar de Ourense, Eduardo Babarro. Y en este difícil reto juega un papel muy importante la responsabilidad de los padres y madres: "Por mucho que nosotros hagamos, no podemos hacerlo todo, la seguridad depende también de que las medidas de protección se cumplan fuera del centro", explica el docente.
Las familias deberán hacer una auto evaluación de los síntomas para una detección precoz de la enfermedad y no enviar a los niños al colegio si tienen fiebre. El cuestionario preguntará si presentan una temperatura superior a 37,5 grados, si tienen tos seca o dificultad respiratoria o presentan otros síntomas como fatiga severa, dolor muscular, falta de gusto y olfato o diarrea. También se hará un seguimiento sobre el posible contacto del alumno con casos confirmados de Covid.
El CEIP Irmáns Villar, como otros muchos colegios de Ourense, ha colgado en su página web el protocolo específico que se aplicará en el centro, siguiendo las directrices de la Xunta, y el documento recuerda que son docentes y no profesionales sanitarios, por lo que su cometido consistirá en crear un entorno escolar "lo más seguro posible dentro de nuestras posibilidades".
Durante todo el verano han trabajado en este protocolo que implica señalización del centro y de las puertas de entrada, distribución de los pupitres para mantener la distancia de seguridad y colocación de mamparas en los espacios en los que no esta no se puede garantizar, además de adquirir los productos de higiene necesarios.
Durante las dos primeras semanas del curso, los profesores y tutores explicarán a los alumnos las medidas de higiene generales y las normas específicas en cada material. Por todo el centro habrá gel hidroalcohólico, desinfectante, papel y papeleras.
No en todos los centros es fácil la aplicación del protocolo y una de las medidas que más complicaciones presenta es el lavado de manos del alumnado cinco veces al día. "En Infantil tienen aseo dentro del aula pero en Primaria es más difícil porque no disponemos de baños suficientes, cada lavado de manos requiere su tiempo y son 380 alumnos", señala en el director del Irmáns Villar.
Otra de las novedades este curso es que los padres no podrán acceder al centro. Las entradas y salidas será escalonadas para evitar aglomeraciones, por lo que se pide máxima puntualidad. Las puertas se abrirán a las 8.50 horas y, en el caso de Infantil, el alumnado podrá entrar acompañado de un solo familiar.
En Primaria habrá tres profesores de apoyo en la entrada que dirigirán al alumnado a las aulas, donde les esperarán los tutores para la desinfección de mano. 1º, 2º y 3º entrarán por Pena Trevinca y los mayores por la puerta exterior de la pista polideportiva. Las salidas se harán por el mismo sitio.
El recreo nada tendrá que ver con la idea de salida al patio que recuerdan los escolares. Los recintos estarán parcelados para evitar que los diferentes grupos coincidan. Los niños podrán caminar, airearse, tomar la merienda y charlar entre ellos. Pero tendrán que inventar nuevos juegos porque, por ejemplo, ya no habrá balón.
