Ordenar armarios se ha convertido, junto con la compra de papel higiénico, en uno de los "top-ten" de las actividades compulsivas de un país en cuarentena. Pero muchos ourensanos optan por recurrir a otras alternativas, para garantizarse la línea de flotación y no naufragar ante una sobredosis de un mínimo de quince días de encierro en casa, con niños y/o demás familia.
Un actor como el ourensano Sergio Pazo combate la morriña desde Madrid, en donde ha quedado confinado por motivos laborales, poniendo a punto su bici o cocinando y repartiendo raciones de humor a través de sus redes a amigos y seguidores.
"Dedicar el tiempo a los que queremos, disfrutar de la música, la lectura las distracciones que liberan endorfinas. Son días para que cada uno haga aquello que le haga feliz desde la responsabilidad y sin salir de parar el virus", explica Lucila Bravo Bosch, médico de Punto de Atención Continuada (PAC) de Bande y especialista en medicina natural.
Hasta el obispo de la Diócesis, Leonardo Lemos, cumple con el imperativo terrenal del Gobierno y se queda en el Obispado. siempre que se lo permiten sus obligaciones. "Tengo a mis padres de 91 y 92 años a mi cargo, hay que rezar pero también estar en la tierra".
Los hay que optan por ponerse a ordenar la casa como medida casi terapéutica al encierro, como la exdelegada de la Xunta y actual candidata del PP a la Xunta, Marisol Díaz Mouteira, quien reconoce que "como cualquier otra persona ahora mismo estoy limpiando ventanas" indicaba ayer en un gesto de normalidad.
El alcalde de Ourense Gonzalo Pérez Jácome, que ha sido criticado por pasear por la calle, explica que "lo hacía para trabajar en el Concello y firmar decretos". Explica fiel a su proverbial humor que en su escaso tiempo libre estar recluido con su loro y escribiendo un libro. Mientras María Cabanelas presidenta de las Asociaciones de Mujeres Empresarias invita a disfrutar del momento algo que es díficil para un autónomo.
