El juzgado de Ourense vivió ayer el primer día laborable tras las consecuencias del estado de alarma, con la suspensión de todas las actuaciones judiciales y los plazos procesales, salvo asuntos urgentes y esenciales cuya cancelación causaría un daño irreparable. El acceso al edificio está cerrado por orden del magistrado decano, Leonardo Álvarez, "salvo que concurra una causa que justifique la necesidad de acceder y así lo acredite ante los responsables de seguridad". Solo está abierto el de guardia, como indica un cartel. El decano recomienda a todo el personal de justicia que desempeña sus funciones en el juzgado no acceder al edificio "o en su caso permanecer en su interior el menor tiempo posible, salvo que acuda a desarrollar su actividad laboral por estar designada para garantizar el funcionamiento de los servicios mínimos". Ayer solo había un juez por jurisdicción y un funcionario por juzgado.
La atención a detenidos, la protección de víctimas de violencia machista, las licencias de enterramiento o los asuntos laborales urgentes son algunas de las cuestiones que no paran. Ayer, en la guardia hubo un detenido por violencia de género. Hay gel desinfectante en la guardia, dice Álvarez, pero no mascarillas pese a que él formuló la petición a la Dirección Xeral de Xustiza. En cambio, una letrada afirmó por la mañana: "En la comisaría facilitaron mascarillas a los abogados de oficio, en el juzgado no. Respetamos las distancias pero no hay gel ni ninguna medida de protección". Policía y Guardia Civil extreman la precaución.
