Luz Dacoba y Manuel Vázquez esperan mientras miran si en un trozo de césped natural hay algún cebo con alfileres como el que encontraron hace varios días. "Esta es la zona donde más aparecen", dice la vecina del barrio y miembro de la Asociación Cultural y Deportiva de Propietarios de Mascotas (Apmou). Juntos o por separado hacen un paseo rutinario por una calle en la que "parece un campo de minas, tienes que ir atento a las persianas de los garajes porque también puede aparecer alguno".
Desde 2018, observan como "el volumen de cebos con alfileres están aumentando y es raro que cada semana no nos encontremos con alguno". Consideran que "nuestros perros están en peligro y es fácil que se traguen esos cebos". Manuel toma la palabra: "Yo le quite uno de la boca a mi perro y cuando lo vi tenía varios alfileres".
Se muestran cansados de una realidad que es latente y hablan "de el sujeto" como principal factor de riesgo y culpable de la aparición de los cebos con alfileres. "Siempre pone una especie de pasta o york con varios alfileres, no sabemos quién es, pero cuando sepamos quién es no le van a quedar más opciones que abandonar el barrio, porque en esta zona estamos varios miembros de Apmou y la comunidad de mascotas es grande y los propietarios estamos muy cansados".
Son conscientes de la actualidad informativa y arguyen que "en el barrio de Coia están igual de preocupados que nosotros". La aparición de alfileres condiciona sus paseos y sus preocupaciones diarias, ante la falta de recursos para poder dar con la persona o personas que están "atentado contra nuestros perros y mascotas".
"Mi perro se tragó cuatro"
Cesar Ansias todavía tiene el susto en el cuerpo y lo recuerda a la perfección: "Paseábamos por Ramón Piñeiro y mi perro abrió la boca para tragar algo, le di un tiró y seguí como si nada. Al día siguiente, fuimos de nuevo de paseo y recogí las heces y tenían tres alfileres. Fue una suerte que ninguno se le clavase". Pero la odisea -de buena suerte- continúa.
"Tenía una revisión con el veterinario, pero adelanté la cita para hacerle una radiografía para ver que no tenía ninguno más. Pero para nuestra sorpresa tenía uno al lado del bazo y el veterinario me dijo que le diera espárragos blancos para eliminar de forma natural el alfiler. Fue una suerte que al día siguiente el alfiler salió sin problema".
La mascota de César tuvo "mucha suerte, porque igual no lo contaba ahora mismo". Explica que "no sabemos quién es, podemos tener sospechas, pero con seguridad no sabemos quién es. Lo que si sabemos es que más tarde o más temprano acabará apareciendo y, cuando aparezca, le voy a pasar las facturas del veterinario para que se haga cargo. Que se prepare".
Los vecinos y propietarios están "hartos" y denuncian en la zona de Ramón Piñeiro, Río Bibei, Río Arnoia y las zonas de tras-estacióndonde aparecen la mayoría de cebos con alfileres. "Todos los cebos aparecen por esas zonas, donde estamos los de Apmou", dice otro miembro de la asociación.
