La grabación en vídeo de su agresión, que se hizo viral en las redes sociales y en medios de comunicación de toda España, no dejaba margen para negar su implicación y Jacobo J. R., juzgado ayer en el Penal 2 de Ourense, reconoció los hechos. Se enfrentaba a 2 años y medio de prisión por lesionar y denigrar a una persona vulnerable, en O Carballiño, una madrugada de la Semana Santa de 2018. Golpeó a la víctima "con la intención de menospreciar su dignidad personal y de mofarse de su condición de persona desvalida y con carencias derivadas de su drogodependencia", censuró la fiscala.

El acuerdo de conformidad sitúa la condena en 2 años de prisión por un delito de lesiones en concurso con otro contra los derechos fundamentales, pero Jacobo J. R. se libra de ir a la cárcel si paga la indemnización -1.440 euros a la víctima y 361,59 al Sergas- y no delinque antes de 2 años. No podrá acercarse al perjudicado ni contactar con él durante un total de 3 años desde que entró en vigor la medida cautelar -fijada en abril de 2018, tras ser detenido-, por lo que la prohibición aún seguirá vigente durante otros 15 meses más. Como incumpla alguno de los requisitos, ingresará de forma "inmediata", le advirtió ayer la fiscala. La justicia acepta el pago a plazos de la responsabilidad civil porque el delincuente carece de ingresos.

Según su abogado, el joven está arrepentido pero no llegó a contactar con la víctima para pedirle perdón. Ayer no quiso hacer declaraciones. Un vídeo de móvil, captado por un familiar menor que ya fue condenado por anterioridad -difundió las imágenes en las redes sociales- captó el brutal y sorpresivo puñetazo que el agresor propinó en mitad de la madrugada a un hombre de 53 años, en O Carballiño, tras empezar a charlar con él aparentemente de forma amistosa. "Mira qué cosa, el otro día fui y me dijo un tipo: aquí no queremos gitanos", contaba el agresor mientras preparaba el ataque, con el puño derecho dentro del bolsillo. La víctima, apoyada en un paraguas, no se esperaba la acometida. "Cogí yo y ¿sabes lo que le hice? Fui junto a él y le hice...", añade el joven antes de soltar el golpe salvaje. En el escrito de defensa anterior al pacto de conformidad, se reconocía el delito de lesiones "pero el acusado había ingerido una notoria cantidad de alcohol, por lo que se encontraba en estado de embriaguez". Esa supuesta atenuante ya no aparece en el acuerdo.

La víctima sufrió lesiones y estuvo hospitalizada. El tremendo impacto lo arrojó al suelo. El agresor y el cómplice adolescente que recogió la escena con el móvil se dieron a la fuga después del ataque. El atacante fue detenido en primer lugar y quedó en libertad en el juzgado, en abril de 2018, con una orden de alejamiento. El adolescente que grabó la agresión -entonces tenía 16 años- se presentó unos días después junto a su padre en el cuartel de la Guardia Civil. El menor ya ha sido juzgado por estos hechos y aceptó también una conformidad.

El ataque tuvo lugar la madrugada del 30 al 31 de marzo, en la Semana Santa de 2018. Sobre las 3 horas, el acusado y su acompañante menor se encontraron en los soportales de la Plaza Mayor de O Carballiño. Allí estaba la víctima también. Con el fuerte puñetazo que le dio, el hombre salió proyectado contra el cristal de un local y cayó al suelo. Según el informe del forense, el perjudicado sufrió fracturas en el rostro que tardaron en curar un total de 45 días. La Fiscalía destaca que la víctima presentaba, por su estado de salud, "una condición de vulnerabilidad importante".

Un suceso que indignó

Este suceso, difundido de forma masiva por las redes, despertó una ola de indignación que hizo que varios particulares se ofrecieran a presentar denuncia a título personal.