Los vecinos de San Vicente de Leira, en Vilamartín de Valdeorras, han vuelto a colocarse tras las pancartas para reclamar a la Diputación, por enésima vez, la reparación de la carretera OU-0807 que les comunica con el resto del mundo.

Su batalla es antigua: "Levamos nesta loita tantos anos como leva Gayoso no Luar", rezaba uno de los letreros que exhibieron ante el Pazo Provincial. Empezó hace más de 25 años cuando el vial, que rodea una montaña en una zona de actividad minera, empezó a agrietarse y tuvo que ser cerrado al tráfico por riesgo de derrumbe. Desde entonces esperan una actuación definitiva que habilite el acceso y rompa el "aislamiento" en el que dicen encontrarse.

En julio de 2018, el Consello da Xunta aprobó el proyecto de trazado y expropiaciones para acometer la solución definitiva, elegida entre cinco alternativas, y que consiste en el relleno parcial de la vaguada y contención de la ladera. Sin embargo, las máquinas no se han presentado todavía en San Vicente de Leira y los vecinos, que llevan más de dos décadas empuñando las pancartas, han agotado su paciencia.

Ayer volvieron a la Diputación con intención de reunirse con el presidente, Manuel Baltar, y recordarle que siguen esperando. Tras un intento fallido de ser recibidos, dejaron en Registro su petición y una propuesta de paso alternativo a modo de circunvalación sobre el tramo problemático que mejore las actuales condiciones de acceso.

Porque el vial que se ven obligados a utilizar ahora es una carretera local en mal estado que la Diputación acondicionó en los últimos años pero que, aseguran, no es transitable para camiones y vehículos de emergencias. José Luis Álvarez, critica que se encuentran "aislados para los servicios básicos", ya que "el butano no llega a San Vicente, ni la ambulancia, y si algún día hay un incendio los bomberos no podrán acceder". Teme que la emergencia ocurra en cualquier momento porque la mayoría de los vecinos son personas de edad avanzada, y declara la "impotencia" general que sienten los afectados.

Acompañó a los manifestantes el alcalde de Vilamartín de Valdeorras, Enrique Álvarez, que calificó la situación de "tercermundista" y recordó que la "obligación de la Diputación es atender sus carreteras". Explicó que la respuesta que ofrecen los técnicos a la demora en la ejecución del proyecto son las expropiaciones del terreno necesarias para realizar el relleno, por lo que pide que se tenga en cuenta la propuesta provisional de los vecinos ya que les permitiría "salir del aislamiento". Esto, añade, "ya clama al cielo, va siendo hora de que esta administración coja el toro por los cuernos y se deje de amparar en excusas peregrinas".

Un proyecto de 11 millones

El diputado provincial de Cooperación, Pablo Pérez, afirmó ayer que la redacción del proyecto constructivo ya está adjudicada y que la Diputación lo recibirá el próximo día 20. La demora tiene que ver con las expropiaciones, ya que las empresas mineras que operan en la zona tienen la titularidad y han presentado reclamaciones.

Explica que la solución elegida es la más apropiada para un terreno de características geotécnicas especiales y que costará 11 millones de euros. De hecho, el diputado señala que necesitarán ayuda de otras administraciones para financiarlo. Antes necesitan los informes sectoriales de la Dirección Xeral de Patrimonio Natural y Confederación Hidrográfica Miño-Sil, que pedirán en cuanto reciban el proyecto constructivo. En todo caso, Pablo Pérez insiste en que los vecinos "no están incomunicados", y recuerda que la Diputación se encarga del mantenimiento de la vía local a través de un convenio y que próximamente mejorará el firme en el tramo más próximo a San Vicente. Además, para facilitar los desplazamientos, en marzo de 2018 la institución puso a disposición de los vecinos un taxi. El gasto hasta noviembre de 2019, apunta Pérez, fue de 37.000 euros.