El conselleiro de Sanidade, Jesús Vázquez Almuiña, cerró en la noche de ayer cualquier vía de esperanza para los vecinos y trabajadores sanitarios encerrados desde las 8 de la mañana del lunes en el Hospital Comarcal de Verín, al ratificar que el Sergas no reabrirá el servicio de paritorio, y que se mantiene la decisión de la administración, adoptada el 30 de noviembre de este año, por la que las parturientas de Verín y de los concellos del entorno, tendrán que venir a dar a luz al Complejo Hospitalario de Ourense, distante de 75 hasta 115 kilómetros de sus pueblos de origen, según el municipio.
Así lo señaló el conselleiro en la reunión de urgencia mantenida en Ourense con portavoces de los encerrados, que remató pasada las 22.30 horas con la decisión inamovible de Almuiña de mantener el cierre del servicio de paritorio, "por cuestiones de seguridad para las madres y sus hijos" y por la baja natalidad. La reapertura del mismo, señaló, solo puede producirse, si en algún momento hay un importante repunte de natalidad en la comarca.
La decisión lleva pareja la supresión del servicio de urgencias pediátricas, por lo que las familias de los más de 2.200 niños en esa franja de edad que tengan una urgencia pediátrica tendrán que desplazarse a Ourense.
"Los partos son más complejos, con mayor edad de la gestante", arguyó el conselleiro. Por su parte, Javier Castrillo, jefe de Ginecología del Hospital Verín, señaló que "le dimos todas las opciones al conselleiro, que trasladara al personal y no a la madres, pero la intención es cerrar este servicio". Además mantienen los portavoces sanitarios y vecinales que "la reunión remató sin aclarar cómo se van a trasladar a las mujeres de parto hasta a Ourense".
Según Jesús Vázquez Almuiña el proceso de parto es largo "normalmente de 3 a 12 horas y hay tiempo para el traslado", afirma que "en el resto de Galicia solo el 2% de los partos requieren ambulancia". Insiste en que en Ourense capital hay unidades adaptadas "y UCI para tratar a la madre y a su hijo si hay complicaciones".
Era el jarro de agua fría, que motivó que continúe el encierro que comenzaron ayer más de un centenar de trabajadores del Hospital de Verín y vecinos de todos los concellos de la comarca, algunas madres con sus bebés en brazos, a las 8 de la mañana de ayer en el área de dirección del centro, en protesta por la clausura del paritorio y del servicio de urgencias pediátricas de ese hospital comarcal, en un clima de crispación, generalizada.
Son de más de 30.000 vecinos de Verín y de todos los concellos del entorno que dependen de ese centro hospitalario, cuya sala de paritorio fue clausurada el 30 de noviembre por el Sergas, lo que obligó a partir del pasado domingo 1 de diciembre a todas las parturientas de la comarca, a desplazarse de 80 a 115 kilómetros hasta el complejo hospitalario de Ourense para dar a luz a sus hijos. Panaderías y vecinos colaboran con viandas para que los encerrados tengan todo tipo de alimentos en el hospital.
"Estaba de parranda"
La jornada comenzó con los cánticos de los encerrados que recibieron al director de ese centro hospitalario, Miguel Abad, con el estribillo "no estaba muerto, estaba de parranda", en referencia a la ausencia de este cargo directivo, que se encontraba de vacaciones durante toda la crisis sanitaria, tras el anuncio del cierre del paritorio. "Era un viaje programada", respondió Miguel Abad a las manifestantes, en un agitado encuentro con vecinos y sanitarios que "no es una decisión política sino de calidad asistencial", indicó.
De Verín para el mundo
La problemática de este hospital comarcal, inaugurado hace 25 años y que ha ido perdiendo carteras asistenciales, dio un salto cualitativo el pasado fin de semana, tras la multitudinaria manifestación de protesta de los vecinos de Verín y la comarca, por el cierre del paritorio, que ha llevado el eco de esta la protesta de la sociedad verinense al resto del Estado. "Hemos tenido todo el día conexiones directas con los telediarios de las televisiones nacionales, y apoyos constantes de otros hospitales españoles como el de Melilla, asociaciones de mujeres, partidos políticos o de los hospitales de Valdeorras o Monforte y Monforte", explicaba Eva Rodríguez, delegada sindical de Sanidad CC OO.
