La tradición pulpera en O Carballiño tiene relevo generacional, ya que "unos se jubilan y siguen otros", apunta Isaura González, presidenta de la asociación, quien asegura que las ventas han mermado pero no porque el pulpo haya subido de precio sino por la crisis económica que desde hace años afecta a todos los españoles, y duda que esos años de gloria que vivió este gremio regresen. También atribuye algunos precios desorbitados de la ración a que "hay gente que se aprovecha del tirón de que el pulpo está de moda para meter un clavo".
Esta asociación cuenta en la actualidad con unos 24 socios aproximadamente, una cifra que se mantiene a pesar de las jubilaciones ya que ante las bajas siempre hay algún miembro de la familia que continúa, habiendo actualmente gente joven en el gremio.
En lo que respecta al precio de la ración de pulpo asegura que la mayoría lo están vendiendo a 8 euros, y algunos a 9 cuando tienen que hacer desplazamientos largos o en casos muy puntuales.
Cada vez más personas se quejan de que este producto del mar se está convirtiendo en algo poco asequible, y que en muchos restaurantes venden la ración a 10 euros y a mucho más, y por encima le quitan a la cantidad. Sobre estos precios apunta González que "hay gente que se aprovecha del tirón de que el pulpo está de moda para meter un clavo pero en la feria se vende igual que hace 4 o 5 años", a 8 euros. Asegura que el precio puede bajar y de hecho "hace 6 o 7 años bajó de 7 a 6 euros". Aclara que es la oferta y la demanda la que pone lo determina. De momento la campaña no empezó y no sabe si habrá variaciones. En Ourense asegura se cobra a 8 euros desde hace unos 5 años aproximadamente aunque admite que hay zonas que está 9 debido al desplazamiento.
Cada familia de pulperos tiene sus puntos de suministro y como mucho puede variar el tamaño del pulpo pero la calidad es la misma.
Asume que las ventas mermaron con la crisis del país al igual que para otros productos. Recuerda que cuando era niña "era barato pero la gente rica no comía pulpo porque no era un producto fino," y que los pobres "no tenían dinero para comerlo". Considera que "si es caro o barato lo hace el poder adquisitivo de la gente".
Y aunque ahora repuntaron las ventas lamenta que ya no es como hace 10 años, y cree que los años de gloria "para todos quedaron atrás". Considera que "si la gente tiene dinero lo compra" sin importante el precio".
