El gobierno de coalición DO-PP ha trazado una solución para las 50 islas de contenedores soterrados que desde 2014 están fuera de uso en la ciudad de Ourense por problemas técnicos y de seguridad. La respuesta no llegó en 90 días, como había prometido el nuevo alcalde, Gonzalo Pérez Jácome, porque a pesar de que en agosto se liberaron 367.000 euros para acometer la reparación de los viejos sistemas, han surgido alternativas que, explicó el regidor, era necesario valorar.
El desenlace a cinco años de auditorías, propuestas en papel y guerra política pasa por una solución integral que arranca con la renovación de las 50 islas ecológicas soterradas que se reparten por la ciudad, especialmente en la zona centro y puntos de interés turístico, instalando maquinaria más eficiente y adaptada a la nueva legislación de residuos. Las opciones que maneja el gobierno local dejan atrás la extracción de los residuos mediante plataforma hidráulica evitando los problemas de drenaje y corrosión que llevaron al precinto de los actuales sistemas.
En cualquier caso, la decisión sobre cual será el mejor modelo todavía no está tomada y el gobierno local quiere poner a prueba dos formatos diferentes para analizar su rentabilidad evaluando los tiempos de recogida y descarga y los costes de mantenimiento. En función del resultado, las especificaciones concretas se trasladarán al pliego de condiciones técnicas del contrato para el suministro e instalación de estos contenedores en los 50 puntos con elementos soterrados que saldrá a concurso a lo largo de 2020.
Así lo explicaron ayer Jácome y el teniente alcalde y concejal de Medio Ambiente, Jorge Pumar, en el salón de plenos del Concello de Ourense. Ambos coincidieron en que la reparación de las actuales islas, como se había previsto en el anterior mandato, "no es la mejor solución", y han consensuado un plan "integral" que implica también la renovación en paralelo de los contenedores en superficie a través de la nueva convocatoria para actualizar el contrato de la limpieza, que finaliza el próximo mes de abril, y en cuyos pliegos ya está trabajando el Concello.
Los dos modelos en prueba ya están contratados y se instalarán antes de final de este año en las calles Florentino Cuevillas y Sáenz Díez con un coste inicial para el Concello (que no es precio de mercado, recalcaron) de 9.600 y 9.075 euros por isla, respectivamente. El teniente de alcalde explicó que las empresas con sede en Ourense Solgaleo y Formato Verde se encargarán de poner en funcionamiento ambos modelos.
El concejal de Medio Ambiente, Jorge Pumar, explicó que la "clave" para descartar definitivamente la reparación de los actuales contenedores soterrados tiene que ver con la nueva ley de Residuos que obliga a instalar en todas las islas ecológicas un quinto contenedor dedicado a restos orgánicos (el contenedor marrón). Esta normativa, de aplicación para todos los ayuntamientos de más de 5.000 habitantes entra en vigor el 31 de diciembre de 2020 por lo que la reparación de la actual maquinaria "no resultaría útil". Tanto el edil como el alcalde sostienen que estéticamente sería inviable añadir a la isla ecológica un nuevo elemento.
Identificación en Braille
Según explicó Jácome, fueron proveedores los que pusieron en conocimiento del Concello la existencia de nuevos modelos de contenedores soterrados con menos impacto visual, menos coste de mantenimiento y mayor seguridad a la hora de recoger los residuos y vaciarlos en el camión ya que no requieren, como los actuales, levantar la acera. Además, incorporan identificación en lenguaje Braille para que las personas con deficiencia visual
Finamente, también se prevé la renovación de contenedores en superficie en cinco puntos de A Ponte, O Couto, San Francisco, Mariñamansa y As Lagoas, donde se probarán nuevos modelos, de menor altura e impacto visual.
