"Este ayuntamiento estaba sumido en el caos a nuestra llegada. Tenemos que poner la maquinaria a andar", exclamó ayer el alcalde en respuesta a preguntas de los informadores, sobre uno de sus caballos de batalla, la mejor eficiencia y gestión del trabajo que realizan los funcionarios del Concello.
En ese sentido aclaró algo más sobre la implantación de un proceso de control del rendimiento que ya adelantó en sus redes, lo que llama "diagramas de flujo (WorkFlow) para tramitar expedientes administrativos. Con pasos predeterminados y cuantificados en tiempo, se sabrá de antemano el tiempo máximo qué puede tardar un trámite estandar, y se podrá detectar quien no cumple su labor" explica.
Recordó que es "casi obligatorio implantarlo en el Concello y ya funciona en otras administraciones como la Xunta" .
Cuando un informe entra en una área determinada "hay unos plazos o tiempos máximos para rematarlo y si no es así, los responsables tendrán que dar explicaciones de por qué no se acabó". Añadió que unos especialistas están ya realizando ese protocolo "tardarán unos meses y luego el sistema estará informatizado" indicó. El cronómetro manda.
