A sus 82 años, Constantino Abades presume de redes sociales y su nombre aparece en LinkedIn. "La verdad es que tengo varias redes sociales, pero las uso relativamente poco, comparado con mis hijos y con mis nietos, que están todo el día. Yo soy un móvil 'no adicto', no cómo los jóvenes de ahora", reflexiona.

Este ourensano saca un teléfono sencillo del bolsillo, aunque matiza que tiene "otro más moderno, uno de los nuevos". Constantino hace uso de su móvil, principalmente, para recibir y hacer llamadas a familiares y amigos. Dice que navegar por internet para buscar información o hacer consultas es su segundo uso mayoritario. El tercero es leer la prensa digital, aunque "me gusta mucho más la escrita". Aprendió a utilizar el móvil "como todo, con los consejos de familiares, pero sobre todo a base de estar con él y de experimentar". Su dispositivo más moderno tiene cámara de fotografías y hace uso de ella, "pero pocas veces".

Este ourensano reconoce que "es un aparato que nos viene bien a todos, aunque hay que emplearlo de una forma adecuada". No quiere ser alarmante, pero cree que hay un exceso de dependencia "en alguna gente" de estos aparatos.