La fiscal encargada del caso conocido como el crimen de 'A Esmorga' ha recalcado este viernes ante el jurado popular que está convencida de que los dos acusados asesinaron de forma conjunta y a través de un plan a Alexandru Walter Boghio, en un crimen del que ha narrado su violencia y sin sentido: "Fue una muerte absurda, sin explicación".

La representante del Ministerio Público, en sus conclusiones finales en sede judicial, ha asegurado que existió en este crimen alevosía, empezando por la "superioridad numérica y física" de los atacantes" y por el hecho de que "la víctima estaba al borde del coma etílico, como así señaló el forense".

La fiscal ha sostenido en su intervención que los acusados "no tenían ningún motivo para asesinar a Alexandru", es decir, que "fue una muerte absurda, sin explicación". "A veces, para matar a alguien no es necesario un motivo o una excusa", ha añadido.

En su relato, se ha centrado mucho en la figura de Eduardo L.F. y su papel en los hechos, dado que éste ha intentado durante todo el juicio inculpar al otro acusado. Sin embargo, para la Fiscal está claro que ambos actuaron de modo conjunto y con el mismo grado de culpa.

Reconstrucción cronológica

Para ello, se ha basado en la reconstrucción cronológica de lo sucedido la noche del 19 de diciembre de 2014, cuando los dos acusados, Óscar E.L. y Eduardo L.F., comenzaron "una larga noche de fiesta" que terminaría con la muerte del joven Alexandru Walter Boghio, de 22 años, en el canal del río Viñao (O Carballiño).

Según este relato, alrededor de las 04,00 horas, la víctima "se encontró por desgracia" a los encausados junto con otros amigos en el Pub Dardos de O Carballiño, donde entablaron conversación.

En este punto ya hubo "dos enganchadas entre Eduardo y Alexandru", como han relatado en su testimonio dos de los amigos presentes. "Eduardo se enfadó porque a Alexandru le hacía gracia que en su trabajo lo llamasen 'el envenenado'. Hubo que separarlos antes de que llegasen a las manos", han relatado durante su comparecencia en vista oral.

Cuando el local echó el cierre, la víctima se unió al grupo "sin imaginar cómo iba a acabar la noche". Todos se encaminaron al domicilio de Eduardo para continuar bebiendo.

Orinar en la nevera

En la vivienda comenzarían de nuevo los conflictos, a raíz de un mal comportamiento de Alexandru que, según los testigos, escupió sobre la mesa e intentó orinar en la nevera de la cocina, momento en el que se desató "un clima de pelea".

La Fiscalía ha subrayado que "la víctima no le pegó a nadie esa noche", tal y como han coincidido en señalar la exmujer de Eduardo, sus tres hijos y otro amigo que se encontraba en la casa.

En este punto, la fiscal ha recriminado el comportamiento de Eduardo una vez más, que "se limitó a mirar mientras le cogían la cabeza y lo golpeaban contra el suelo", hasta que su exmujer, que dormía en la parte superior de la vivienda con sus tres hijos menores, se despertó y acudió a la cocina.

En esta vivienda se produce, según la fiscal, un episodio "clave" para dilucidar "cuál era el carácter de Eduardo", en el momento en que éste se dirige a los presentes amenazándolos con una pistola de matar cerdos con el fin de atemorizarlos a todos.

Olvidos

En otro orden de cosas, el Ministerio Fiscal no se ha creído la versión aportada en el juicio por la exmujer de Eduardo. "Curiosamente, todo aquello que pudiera perjudicar a Eduardo se le olvidó el día que vino al juicio", ha apuntado.

A mayores, la fiscal también se ha centrado en las declaraciones del testigo que esa noche estaba presente en el domicilio de Eduardo, acusado en un principio de un delito de lesiones leves contra la víctima.

"Ha dicho que escuchó como Óscar y Eduardo decían que lo iban a tirar al río, lo cual desmonta la coartada del segundo, que apunta a que se dirigía a casa de un amigo que vivía en Vilachá para que mediase en el conflicto", ha señalado la fiscal. "Es una excusa barata, una mentira", ha reiterado.

Cuando salieron del domicilio, la víctima se quedó "a la suerte de sus dos asesinos" que decidieron ejecutar "un plan" para acabar con su vida. "Eduardo, el mismo que dice que no ha hecho nada, es quien toma el mando de la situación", ha señalado.

El Ministerio Público ha subrayado que ambos acusados, en la reconstrucción de los hechos, no fueron ni siquiera capaces de ponerse acuerdo sobre el lugar en donde pararon el coche al llegar al canal de Viñao.

"Sostienen que hubo forcejeo, caídas y revolcones siempre alrededor del coche, algo que ha sido contradicho con los restos biológicos de Alexandru, encontrados en la carretera, que apuntan a que se quiso escapar de allí", ha añadido.

La fiscal se ha centrado también en las marcas biológicas que aparecieron en la parte superior de la barandilla del canal. "La primera de ellas era una huella de una mano, que no se pudo recoger porque se había deslizado", ha señalado. La lectura que el Ministerio Fiscal hace es que la víctima intentó agarrarse allí para que no lo tirasen al canal.

"Los dos lo tiran al río y, a partir de ahí, siguen actuando conjuntamente", ha explicado la fiscal. "En todo momento han intentado que no los pillen e incluso llegaron a afirmar que 'el rumano no tenía familia y nadie iba a preguntar por él'", ha destacado.

Asimismo, siempre según la versión del Ministerio Fiscal, lo buscaron después de tirarlo para "asegurarse de que estaba muerto" y de que nadie podía contar lo que allí había sucedido.

Por estos hechos, Fiscalía solicita 18 años de cárcel para cada uno de los acusados en el caso de se estime el delito de asesinato. Mientras que, en el caso de que se aprecie homicidio, ha pedido 15 años de prisión para cada uno.