"Apartamento en calle Julio Prieto Nespereira, en el Casco Viejo de Ourense al lado del Jardín del Posío. 55 metros, con dos habitaciones. Segunda planta sin ascensor. Necesita una reforma. Cuota mensual de la hipoteca, 118 euros al mes".
Es tal vez una de las viviendas más baratas del inacabable catálogo inmobiliario de casas unifamiliares y pisos en venta en la ciudad y la provincia de Ourense, en donde de los 6.000 propiedades que están en venta en estos momentos, unas 1.200, según los datos de Fegein, la Federación Gallega de Empresas Inmobiliarias, salen a la venta por debajo de los 60.000 euros.
"Estos precios pueden encontrarse para viviendas o casas, sobre todo en calles y barrios como el Casco Viejo, O Vinteún, Barrocás, pero es distinto en concellos de la provincia donde la oferta resulta más amplia y todo está en venta, como consecuencia de la despoblación y del fracaso de las políticas de desarrollo económico y demográfico del rural, los precios son aún más baratos", explica Benito Iglesias, presidente de Fegein.
Esto en una de las provincias en las que menos se ha suavizado el precio de la vivienda y que ofrece polos dispares que van de los 35.000 o 40.000 por un piso a reformar en la ciudad, a los pisos por encima de los 500.000 euros pese a su diseño obsoleto, por estar ubicados en zonas "vip· del centro urbano, y porque ofrecen en una superficie que en algún caso triplica a los 90 metros cuadrados de un piso convencional.
Pero las "joyas de la corona" del mercado "outlet" de vivienda, eso sí en muy mal estado en la mayoría de los casos están también en zonas como O Vinteún, donde los pisos de los años 60 se suceden con precios que no superan en muchos casos los 60.000 euros.
En Barrocás un apartamento o piso de 55 o a 70 metros cuadrados puede costar también entre 40.000 y 45.000 euros en el caso de los más antiguos y que precisan todavía restauración.
Si se opta por el rural, los portales inmobiliarios ofrecen una amplísima oferta que va desde los 15.000 euros de una vivienda en Chandrexa de Queixa con espectaculares vistas pero necesitada también de un arreglo desde el techo a los cimientos, a otras de 40.000 euros en Boborás o por 57.000 totalmente amueblada en pleno parque natural do Xurés y ambas perfectas ya para vivir.
También se está produciendo, según Benito Iglesias, una segunda venta de vivienda de calidad media alta en el rural y a precios muy inferiores a su coste. Son las de aquellos emigrantes que hicieron sus opulentas mansiones para pasar el verano en su pueblo de origen, o para vivir su jubilación, situación que nunca llego a producirse.
Ahora las segundas o tercera generaciones tratan de deshacerse de estas viviendas, en algún caso próximas a la ciudad y con categoría de lujo, pues ellos viven y trabajan en otras comunidades o incluso en los países a los que un día habían emigrado sus padres. Si Ourense está en venta, el rural lo está doblemente y a precios de liquidación.
