"Del análisis de los factores comportamentales y psicológicos en torno a la muerte por disparo de arma de fuego de Celso B. A., teniendo en cuenta que los analistas de conducta firmantes no poseen toda la información del caso, se desprende que son incompatibles con la ideación suicida". Es un informe de "autopsia psicológica" que suscriben el inspector jefe y una inspectora de la Sección de Análisis de Conducta, adscrita a la Unidad Central de Inteligencia Criminal de la Policía. Según los especialistas, que analizaron algunos mensajes de wasap e informes, y efectuaron entrevistas de personas del entorno, el policía muerto de un disparo el 9 de abril en 2016, en la comisaría de Ourense, no se suicidó.

La defensa de los gemelos Roi y Bernardo D. L., investigados por la muerte de su compañero resta validez al informe, "que no sirve para acreditar nada", subraya. "Hay muchos datos que no se tienen en cuenta, no se le aportan informes que apuntan a suicido ni testificales de personas que afirmaron que los días previos estaba sobrepasado", dice el abogado Neil González, que la semana pasada pidió el sobreseimiento provisional del caso a la juez, negando la existencia de indicios y apuntando al suicidio como más probable. Los hermanos vuelven a declarar el 4 de julio, tras esta autopsia psicológica y el positivo en ADN de uno de ellos en un papel del despacho, que también usaban. Una hoja que estaba bajo el cadáver de Celso y en la que se halló pólvora porque, según la defensa, cuando se encontraban con casquillos defectuosos aprovechaban la carga almacenándola en un folio arrugado o un sobre.

La unidad de Análisis de Conducta intentó averiguar el estado emocional de Celso antes de que ocurrieran los hechos. Uno de los puntos que tuvieron en cuenta los especialistas fue el análisis de las heridas. Los agentes constaron que los informes forenses "son contradictorios". El médico de guardia del Imelga que asistió al levantamiento del cadáver apuntó al suicidio. La Comisaría General de Policía Científica también, al analizar un informe de manchas de sangre. Pero meses después, en enero de 2017, la unidad no descartó la muerte autoprovocada pero apuntó a que "la ficticia apariencia o presentación de la escena" casaba con que hubiera sido manipulada. A la vista de estos y otros informes, como el de la distancia de disparo Análisis de Conducta señala que por esta vía "no se puede afirmar ni negar" que la muerte hubiera sido un homicidio o un suicidio.

La unidad subraya que Celso no mostró señal alguna sobre una idea suicida. Analizó 9 conversaciones de wasap de Celso con varios policías -incluidos los gemelos, con Bernardo el último mensaje es de enero, cuando empezó su baja- y grupos. Entre estos, uno en el que de su móvil llegó el mensaje "Lo siento... ya lo entenderéis", a las 16.45 horas del día de la muerte. En la mayoría no aprecian los especialistas emociones negativas o situaciones estresantes que pudieran apuntar al suicidio, aunque en algún caso hubiera alusiones a la crisis de la comisaría.

El chat "más interesente" para Análisis de Conducta es el que mantuvo con una amiga íntima, con la que también se entrevistaron y que no se puede creer el suicidio. En los "cientos" de conversaciones, la unidad no detecta ninguna señal de alarma de una idea suicida. Setenta y cinco minutos antes de que saliera el mensaje de arrepentimiento por Whatsapp y un correo con su nombre en el que se inculpaba, Celso había escrito un mensaje a esta amiga. Es un "salto emocional" entre ambos mensajes que, según los especialistas, "de ser cierto el suicidio", exige que le debió suceder algo "de enorme intensidad" que a la unidad no le consta. Le llama la atención que de esta persona cercana no se despidiera. Al analizar el correo en que pedía perdón, en el que sentía haber hecho daño "sobre todo a un gran amigo y exjefe" -que era Bernardo-, Análisis de Conducta cree que los términos no casan con el carácter "ordenado" del policía, y tampoco con un plan suicida que las 3 pistolas robadas que había en el despacho (otras 3 aún faltan) estuvieran cada una en un sitio.

En febrero, la unidad de inteligencia se entrevistó con personas cercanas al fallecido, del que se desconocía tratamiento psicológico. Un hermano no notó nada raro ni el día previo ni el de la muerte. Dijo a su madre que iría un momento a comisaría pero que volvería pronto para ir al súper. Ni a la familia ni a su amiga les encaja el suicidio y que no se hubiera despedido.