Después de que se consumieran nueve años de su aprobación, que contó con el apoyo unánime en aquel momento de todos los grupos que formaban parte de la corporación municipal, el Plan Estratégico Termal de Ourense no es más que una declaración de intenciones, pero sin concretar la mayoría de las actuaciones, con sus correspondientes proyectos, que se plasmaban en un documento que ahora recobra protagonismo.

Y así, el Concello, después del acuerdo unánime de todos los grupos políticos para exigir al futuro Gobierno de la Xunta y a su presidente el compromiso serio para la promoción y desarrollo del mencionado Plan Estratégico Termal, y que se debe concretar fijando en los presupuestos para 2017 partidas concretas, para de esa forma dar el impulso definitivo a Ourense, que cuenta con la denominación de Capital Termal de Galicia, aprobada por el Parlamento gallego.

Una iniciativa que puso encima de la mesa el grupo socialista y, aunque fue apoyada por el resto de grupos, no impidió que las críticas incidieran en que poco o nada se hizo en estos nueve años de vigencia del plan estratégico termal. Y es por eso que el nuevo responsable del área de Termalismo, el popular Jorge Pumar, cargó contra el portavoz socialista, Vázquez Barquero, por presentar una iniciativa a 23 días de las elecciones gallegas, por ser "demagógica", y, sobre todo, por "no hacer nada durante los ocho años de gobierno socialista en materia termal. Ni un solo proyecto".

También le recrimina que ahora Barquero reclame al actual gobierno popular que redacte, consensue con el resto de grupos de la corporación una relación de obras, proyectos e inversiones con sus importes correspondientes para que los lleve a cabo la Administración autonómica, a la que los socialistas responsabilizan de "falta de compromiso" durante los últimos años, sobre todo la creación del consorcio público que se encargaría de la gestión en materia termal en la ciudad.

Una cuestión que fue objeto de controversia, al recordar Pumar que en el anterior mandato los populares presentaron hasta en dos ocasiones una iniciativa en el Concello que fue rechazada por el gobierno socialista con el apoyo del BNG.

Proyectos sin concretar

La realidad termal en la ciudad no va más allá de dos iniciativas privadas, como la de A Chavasqueira y Outariz, junto con el acondicionamiento de las charcas públicas, que como recordó Pumar se ejecutaron durante los gobiernos populares de Manuel Cabezas.

Para relatar la "impronta" que dejaron los socialistas en esta materia, en especial los sucesivos anuncios de la rehabilitación del edificio de la antigua cárcel para convertirla en el gran hotel balneario, el último a finales de 2013, nada se concretó al respecto, y el inmueble sigue deteriorándose, lo que llevó a que por parte del gobierno se adoptasen medidas para acometer obras y evitar su desplome.

Otras dos actuaciones que se llevaron a cabo, como la "fuente pública más cara de España -la famosa "boubet"-, con un coste que ronda el millón de euros, y que a día de hoy "no tiene agua termal", como reveló Pumar, y la remodelación de una parte del Campo da Feira, con la instalación de un amplio restaurante que a día de hoy permanece cerrado, con un coste que ronda los 2 millones de euros, son el bagaje en materia termal.

En defensa de la gestión realizada por el anterior gobierno socialista del que formaba parte, Vázquez Barquero esgrime que se avanzó sobre todo en el ámbito urbanístico de cara a las futuras actuaciones, después de la "terrible herencia recibida" por los gobiernos del PP. Y de nuevo acusar a la Xunta de intentar "ocultar el status" que tiene Ourense de capital termal. De ahí que considere la iniciativa de "oportuna y procedente".