Como buen diplomático, el agregado comercial de la Embajada de Estados Unidos en España no tuvo ningún reparo en probar su ración de "pulpo á feira". Keith L. Silver, uno de los más activos de esta expedición, llevaba una larga lista de contactos para el intercambio empresarial. "Claro que tienen cabida los productos agrícolas gallegos en Estados Unidos; hasta atendimos a una empresa de pulpo que quiere exportar, pero nos interesa la tecnología y la innovación", explicó. De hecho reconoce que abrir mercados a cualquier lado del Atlántico es "positivo para ambos países, pues genera empleo, en la central y sus delegaciones y beneficiará en especial a las pymes".