La Federación Gallega de Empresas Inmobiliarias (FEGEIN) manifiesta su frontal rechazo a la recuperación de imponer el Impuesto sobre Transmisiones Patrimoniales en los arrendamientos, que acabará soportando el inquilino de las viviendas. Este impuesto grava las transmisiones onerosas, es decir, en las que existe el pago de un precio por un bien. En este caso, en la constitución de un contrato de arrendamiento de vivienda, "adquirimos el derecho de usabilidad de la vivienda por parte del inquilino, y por tanto, incorpora un tributo". La Administración autonómica quiere recuperar así un impuesto que "penaliza a las rentas medias bajas y rentas bajas y también penaliza al colectivo de la sociedad, como los jóvenes menores de 40 años con rentas inferiores a los 24.100 euros". Este perfil se corresponde con más del 60% de los inquilinos de Galicia que firmaron un contrato legal y solicitaron la deducción autonómica de alquiler, para lo que era necesario que el propietario depositase la fianza en el IGVS.

El presidente de Fegein, Benito Iglesias, sostiene que "estamos ante una medida recaudatoria más, que sólo contribuye a potenciar la desigualdad social y asfixiar la maltrecha economía de las familias gallegas". Advierte de que "este viejo impuesto, recuperado del baúl de la Agencia Tributaria, jamás se había cobrado desde su aprobación el 24 de septiembre de 1993". Galicia "ha resucitado este injusto tributo, al igual que Asturias, Madrid, Cataluña y Andalucía".

Benito Iglesias señala que la Comunidad de Madrid pretende aplicar el tributo con efecto retroactivo, cobrando intereses de demora por no haberlo abonado en tiempo y forma. El plazo para exigir el pago es de cuatro años, a contar desde el último día en el que es obligatorio el pago de dicho impuesto (hasta 30 días después de la firma del contrato). Esto se corresponde con "cuatro años y un mes, aproximadamente".

Fegein advierte de que la medida podría afectar a los inquilinos que en su día sí abonaron el impuesto, pero no lo hicieron después de renovar el contrato. "Cada vez que se renueva, al ser considerado un contrato nuevo, hay que pagarlo".