El empresario textil ourensano retenido siete meses en China por una deuda contraída por su empresa con proveedores de prendas de vestir se mostraba ayer abatido por las circunstancias. No solo lleva largas semanas lejos de su familia, sino que está preocupado por su estado de salud al no poder acceder a las medicinas que precisa para tratar la diabetes que padece.

Cándido Rodríguez arremetió ayer por vía telefónica contra la Embajada española en Shanghai, a donde dice haber acudido dos veces para solicitar auxilio. La primera, "no me recibieron", y desde la segunda "no han hecho nada". Asegura que en todo este tiempo no se han puesto en contacto con él y empieza a temer que la legislación china específica para acuerdos mercantiles entre nacionales y extranjeros le lleve a prisión. "Me siento mal física y anímicamente, estoy deprimido", advierte.

El proyecto empresarial de Cándido Rodríguez quebró y su empresa, Grupo Fashion 3 SL entró en concurso de acreedores. Entre los proveedores afectados por la insolvencia del ourensano están varios empresarios chinos que han demostrado no tener compasión. Preso de una desmesurada honradez, Cándido Rodríguez partió a Shanghai para informar a sus acreedores de que les pagaría pero que no sabía cuando porque sus bienes ya no los controlaba él. Cuando se dispuso a volver, el departamento de Inmigración le retuvo en el aeropuerto por una deuda de 46.000 euros. Otro empresario en lista de espera para cobrar está pendiente de recibir 170.000 euros.

Para Cándido Rodríguez, la situación en la que se encuentra es "injusta" porque el gobierno chino "sabe que no dispongo de dinero y estando aquí tampoco puedo solucionar el problema". Cree que "no quieren que salga; es una forma de extorsión para ver si pago". Pero pagar no es posible porque los problemas económicos de este empresario están en manos de la administración concursal. "Quiero estar con mi familia, he pedido ayuda pero la embajada no hace nada", dice desesperado. Según explicó ayer, su situación depende de la sentencia que habrá de salir un juicio que todavía no tiene fecha "porque no quieren".

En contraste con la llamada de auxilio de Cándido Rodríguez está la versión ofrecida ayer por el Ministerio de Asuntos Exteriores del Gobierno de España. Desde este departamento aseguran que el Consulado de Shanghai "está haciendo todas las gestiones que se puede y que se han mantenido conversaciones con todas las autoridades implicadas en el asunto para resolverlo cuanto antes".

Exteriores explica que la legislación china contempla la orden de retención en el país como "medida de presión" cuando se produce una disputa de índole comercial o mercantil entre varios socios y uno de ellos es extranjero. El caso "Cándido Rodríguez" es el único que afecta a un español y no está siendo "fácil", según el Gobierno: "Llevará su tiempo, pero esperamos que se resuelva cuanto antes". El empresario, acompañado temporalmente por su hijo, no sabe cuánto podrá aguantar allí porque el dinero se le acaba.