"Baltar disfraza de paternalismo o caciquismo; é un político sen escrúpulos, un sinvergonza". Así de dura se mostraba ayer la teniente alcalde de Allariz, Cristina Cid, para valorar la sentencia de la Audiencia Provincial de Ourense que defiende que el presidente de la Diputación, José Luis Baltar, no injurió a Anxo Quintana cuando sugirió en plena campaña de elecciones autonómicas que el entonces candidato por el BNG y vicepresidente de Igualdade e Benestar maltrataba a su mujer, la citada Cristina Cid, cuya relación vivía un mal momento al encontrarse en proceso de separación.

La concejal y falsa víctima rompió ayer el silencio guardado desde aquel mitin celebrado en Punxín en febrero de 2009 para decir "basta" y animar a su ex pareja a recurrir ante el Tribunal Constitucional: "Anxo é o que decide pero faga o que faga conta co meu apoio". La edil apunta que las difamaciones de Baltar atentan contra el honor y la intimidad personal cuyos derechos están recogidos en la Carta Magna por lo que no "comprende", aunque acata, la sentencia de la Audiencia firmada por la magistrada Ana Blanco Arce y publicada esta semana.

Sostiene que "a honra das persoas ten que prevalecer" por encima de cualquier campaña electoral pero lamenta que la resolución judicial que defiende la "libertad de expresión" deja "vía libre" para que cualquier persona en un proceso electoral pueda acusar de "asasino, pedófilo ou maltratador" a su contrincante. Triste por la situación que augura apela al sentido común: "Non podemos deixar que os que veñen detrás pensen que a política é algo sucio, que no todos somos iguais".

Baltar, acusó en febrero de 2009 al entonces candidato a la Xunta por el BNG, Anxo Quintana, de maltratar a su ex mujer. Lo hizo en un mitin en Punxín y nunca pidió perdón. Lo más cerca que estuvo de una disculpa pública fue cuando cuatro meses después, y con la victoria electoral en el bolsillo, dijo que se había hecho eco de "rumores que circulaban por todo Allariz", pero que "si no es así, me retracto".

Quintana y Cid acababan de querellarse contra él por injurias en el Juzgado de Carballiño y el caso llegó a la Audiencia. La sentencia se ha conocido esta misma semana y da la razón al ex presidente del PP de Ourense defendiendo que sus declaraciones no fueron injuriosas porque Baltar "no tenía voluntad de difamar", sino de "ejercer la libertad de expresión" cuando dijo que poner a Quintana al frente de Igualdade era como poner al "zorro al cuidado de las gallinas" o al "ratón guardando el queso". Sembró la duda y aunque, según Cristina Cid, "tivemos o apoio de todo Allariz", la acusación velada pasó de boca en boca e incluso se llegó a decir que en un arrebato Quintana había estrellado el coche contra el garaje de la vivienda que compartían en Allariz.

Cristina Cid afirma que los fundamentos jurídicos de la sentencia son "moi débiles" porque solo se basan en que "a libertade de expresión está por riba de todo, obviando que os atentados contra a honra das persoas están penados, e doblemente cando trata de causar dano públicamente a un contrincante electoral". Para Cid la juez hace un "flaco favor" a la política y a la vida pública porque lanza el mensaje de que "en política todo vale".